Señor Rajoy: para vender hay que ofrecer
Resulta reconfortante que se hable, sin tapujos, y tras bastantes años con malas noticias, de la realidad más favorable de nuestra economía. Máxime si las noticias proceden –motu proprio- del ámbito internacional. Parecerá muy manido señalar, pero creo que es de justicia hacerlo, que el actual gobierno comenzó su andadura con demasiados condicionantes adversos. Los pagos a proveedores estaban en cifras escandalosas. Ya se han racionalizado y, con ello, se ha conseguido una gran ayuda a la liquidez de la economía real. El crédito internacional estaba en una posición tan peligrosa como difícil de resolver. ¡Y no digamos la prima de riesgo!
Pensemos, por ejemplo, que el déficit público ascendía alrededor de 9 puntos del PIB y parece que cerrará 2014 con el 5,5%. Otro dato enormemente positivo ha sido que España tan solo ha dispuesto de 40.000 millones de euros del crédito europeo, aunque podíamos haber llegado hasta los 100.000 millones que era el límite que nos habían fijado. En cuanto al empleo que era otra de las papeletas más complicadas (por venir en caída libre y la desaparición de muchas de las fuentes de producción), ha cambiado su tendencia y el futuro es bastante esperanzador. Parece que el paro ha bajado en 500.000 personas en un año. Todo lo que antecede está avalado por gente seria y razonable que merece total credibilidad. Pero, a pesar de este ambiente, me gustaría recomendar al Señor Rajoy, que, para no perder ni un voto de sus hasta ahora incondicionales (e, incluso, captar más) debería ocuparse de dos cosas –para mí- fundamentales. La primera y principal: que cumpla con su programa sobre la ley del aborto; y la segunda (y no por eso menos importante) que haga un buen ejercicio de divulgación de lo conseguido. Muestre a todos, detalladamente, la autentica realidad económica y social, que otros se encargan de deformar o negar sistemáticamente. Y que recuerde que ya perdió vigencia el antiguo refrán que señala que «el buen paño en el arca se vende».
