PRIMERA PLANA
LA COSA ESTÁ MAL... Y PUEDE IR MUCHO PEOR
UCOR es una ONG con ánimo de lucro electoral, pero PP y PSOE no se esfuerzan en aclarar que Gómez no es ningún héroe
La magnífica entrevista a Rafael Gómez que publicó ABC el domingo nos permite conocer, entre otras cosas, que el líder de UCOR aplica sus conocimientos empresariales a su populista visión de la política. Como hizo con sus negocios, está inmerso en diversificar la labor asistencial de su partido, devenido en una ONG con ánimo de lucro electoral. Lo último es repartir 570 sofás entre sus criaturitas, pues, alega, «la cosa está muy mal». Las grietas del Estado del bienestar las achica con platos de ducha regalados, el pago de recibos del agua y de la luz o el reparto de comida. Aunque se presente como la «Madre Teresa de Cañero», busca que su lucha contra la pobreza le enriquezca las urnas en las municipales de mayo. Y a eso se dedica. Su formación, por no hacer en Capitulares, desde hace unos meses ya ni presenta mociones. Alcanza así un nivel de desidia institucional tan grande como el ego de su creador.
El máximo responsable de UCOR lo que se trabaja es esa calle que tanto le cuesta pisar al resto de políticos, porque allí tendrían que aguantar carros, carretas y carretones cargados de reproches. Impermeabilizados en la moqueta oficial, eluden el chaparrón ciudadano que deberían superar para poder conectar con la gente y desvelarles de tú a tú quién es Gómez.
Porque aún a riesgo de repetirme más que «Sandokán» con su matraca de que sólo otra burbuja de la construcción nos hará libres, he de volver a escribir que PP y PSOE, salvo honrosas excepciones en sus filas, adoptan con el emprendedor de Cañero una pasividad temeraria, que podemos acabar pagando todos. Ni populares ni socialistas están pateándose el asfalto, sobre todo los feudos de Unión Cordobesa (Moreras, Las Palmeras...), para fajarse en explicar al vecino de a pie que quien creen un héroe es un villano. Porque PP y PSOE no le cuentan que Gómez está condenado, aunque está pendiente de que se falle su recurso, por cohecho —como empresario, pagó a un funcionario para que cometiera un acto injusto—; que levantó de forma ilegal las naves de Colecor, por las que debe abonar una multa de 20 millones; que sus empresas son el principal deudor del Ayuntamiento (o sea, de todos nosotros)...
Pero qué se podía esperar de populares y socialistas si ni en su hábitat natural de los despachos de Capitulares se esfuerzan en desenmascararle. Por el contrario, junto a IU, le tendieron este mandato una alfombra roja para legalizar las naves de Colecor. Por suerte el TSJA se la enrolló en los morros. La sola idea de que, tras las municipales, Unión Cordobesa sea decisiva para dirigir el Consistorio a la mayoría nos pone los vellos tan de punta que parecemos puercoespines. Sabemos, aunque PP y PSOE no se hayan enterado aún, que la cosa está muy mal, como diría Gómez, y mucho peor estará en la ciudad si el emprendedor de Cañero toca poder.