Una muerte sin respuestas

Una muerte sin respuestas VALERIO MERINO

P. GARCÍA-BAQUERO

Han pasado dos años del homicidio de un vecino de El Chimeneón por el golpe que recibió de cuatro jóvenes que tiraban naranjas a un bar. La Policía continúa las pesquisas

La reprimenda de un cliente de un bar a unos clientes jóvenes que tiraban naranjas contra la ventana del Bar La Sinfonía, en la plaza de la Flor del Olivo (o Chimeneón), acabó en tragedia el 28 de octubre de 2012, sin que ninguno de los cuatro individuos que presuntamente participaron en la agresión haya sido identificado por la Policía Nacional. La víctima —E.J.V.D. , de 50 años— era un vecino de la zona separado de su mujer, con la que compartía domicilio. A esa hora se encontraba conversando con el propietario y unos amigos que se encontraban en el interior del establecimiento. La Policía Nacional asegura que a la investigación del caso no se le dará carpetazo hasta que no se encuentre al autor o autores de este homicidio, pero las pesquisas, dos años después, han resultado infructuosas.

Los agresores, cuatro según los testigos y de entre 20 y 25 años, huyeron sin mirar atrás y en dirección a El Brillante después de dejar en el suelo al hombre. Uno de los jóvenes tenía la piel muy morena y otro los cabellos de punta y vestía una sudadera azul.

En todo este tiempo, solo ha habido un atisbo de arrojar claridad al asunto pero también fue en balde. Se trataba de la detención a finales de 2013 de un joven por su presunta relación con la muerte de E.J.V.D. Al parecer, este individuo estaba implicado en un altercado que tuvo lugar el anterior verano en esa plaza y, tras ser identificado, acudió a comisaría. Los investigadores lo arrestaron y se llamó a los testigos del suceso mortal para que acudieran a una rueda de reconocimiento. No obstante, el joven no fue relacionado con los hechos. Fue puesto en libertad.

En cualquier caso, la investigación continúa abierta y se basa en el relato de los testigos, que narraban entonces ante la Policía cómo pocos minutos antes de que el dueño del local se dispusiese a cerrar, un objeto contundente impactó contra los cristales. Cuando el hombre se asomó a la puerta vio como un grupo de jóvenes estaba lanzando naranjas contra la fachada del bar. Entonces, uno de los trabajadores del establecimiento salió de inmediato para apercibir a los chicos. Le acompañó la víctima, que se vio envuelto fatalmente en una disputa con los gamberros. Según relataron a este periódico algunos testigos que presenciaron la trifulca, «el hombre comenzó a discutir con uno de los jóvenes y, de repente, sin mediar palabra, apareció otro por su lateral y le propinó un fuerte puñetazo en la cara».

Un golpe brutal

El brutal golpe que recibió la víctima le hizo caer al suelo, con lo que se dio un golpe en la cabeza. «Creo que se quedó inconsciente en el momento. Sangraba mucho por la nariz y por la boca», apuntó otra fuente presencial. «No estoy seguro, pero juraría que le atacaron con algún objeto contundente, porque el hombre cayó a plomo», añadió el testigo a ABC. Sin perder ni un segundo, clientes y empleados del bar salieron para auxiliar a la víctima y la trasladaron hasta el Hospital Reina Sofía. Estaba en coma.

Una semana después de ingresar en el complejo hospitalario, E.J.V.D. falleció. La víctima era muy querida en la zona. Fuentes policiales aseguran que el caso no se ha dado por olvidado y que prosiguen las pesquisas para localizar a los jóvenes homicidas. La investigación comenzó, desde todos los ángulos, desde que la Policía tuvo conocimiento del suceso.

Hay que tener en cuenta que las 48 horas posteriores a un asesinato o una desaparición son cruciales a la hora de su esclarecimiento. Criminólogos y forenses coinciden en la importancia de recoger las pruebas de la escena del crimen tan pronto como sea posible para llegar a identificar al autor o autores. Sin embargo, la tenacidad de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y los avances científicos logran que, pese al tiempo, algunos de estos casos sin resolver terminen con un culpable entre rejas.

Seis causas por esclarecer

En Córdoba son seis las causas que en los últimos veinte años están por esclarecer, pero sobre las que continúa abierta la investigación policial. Así, tres años después, en 2012, se resolvía el crimen de la calle Abderramán III con la detención y posterior ingreso en prisión de la compañera de piso de la víctima, una mujer de nacionalidad paraguaya de unos 50 años y su pareja de 46 años, residente en La Carlota. De esta forma se ponía fin a la investigación del crimen de un hombre de 45 años hallado muerto en su domicilio de la calle Abderramán III en diciembre de 2010.

Las investigaciones sobre este crimen se iniciaron el mismo día de los hechos tras el hallazgo del cuerpo ensangrentado y con signos de violencia de este hombre de 45 años en su dormitorio, del que alertó la compañera de piso después de regresar a él tras haber llevado a su hijo al colegio. Sin embargo, han tenido que pasar dos años hasta que las pesquisas hayan dado sus frutos.

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