La leal infantería, con su patrona
La Brigada «Guzmán el Bueno» X, con base militar en Cerro Muriano, rinde honores a la Inmaculada Concepción
Corría el año 1585. El Tercio del maestre de campo Francisco Arias de Bobadilla, que estaba compuesto por unos cinco mil hombres, combatía durante la Guerra de Flandes en la isla de Bommel, situada entre los ríos Mosa y Waal. La situación era crítica para los españoles, rodeados por completo por la escuadra del almirante Holak.
El 7 de diciembre, cuando la derrota parecía el único final, un soldado del Tercio encontró enterrada, mientras cavaba una trinchera en el monte de Empel, una tabla de vivos colores con la imagen dibujada de la Inmaculada Concepción. Este hecho levantó la moral de la tropa, a lo que contribuyó, además, la repentina congelación del Mosa, que permitió a los defensores cargar contra el enemigo y obtener la victoria.
Al día siguiente, entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción fue proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia.
Desde entonces, la fiel Infantería honra a su Virgen cada 8 de diciembre. La base de Cerro Muriano, sede de la Brigada «Guzmán El Bueno» X, se vistió ayer de gala para conmemorar la efeméride con una parada militar a la que asistieron cientos de personas, entre autoridades civiles, militares, familiares y amigos de los uniformados.
Durante el acto, que estuvo presidido por el general de división Miguel Alcañiz, jefe de las Fuerzas Pesadas, se procedió a la entrega de condecoraciones al mérito militar ya la constancia en el servicio, además del ingreso en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo de varios mandos.
Igualmente, se concedió el premio «Guzmán El Bueno» X al Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Córdoba, «por su inestimable colaboración y auxilio prestado a los miembros de la base, que se ha plasmado en la regulación de la circulación y ayuda prácticamente diaria».
Por otro lado, un total de trece efectivos recibieron distinciones especiales por haber intervenido en diversos sucesos, tales como el incendio que se registró el pasado mes de agosto en el campo de tiro de la base.
El coronel José Luis del Corral, jefe accidental de la Brimz (al encontrarse el general Ruiz Olmos en Líbano), elogió, durante su alocución a los presentes, la labor de la Infantería, de la que dijo, mirando la vista atrás, que «por saber morir, sabe vencer», en referencia al «milagro de Empel».
También tuvo palabras para aplaudir el esfuerzo de toda la Brigada, que «este año ha sido muy demandada». Así, ha preparado a conciencia el contingente que ya se encuentra desplegado en Oriente Próximo, ha preservado las capacidades exigidas, además del mantenimiento de los materiales y el desarrollo de la labor diaria de los efectivos, según apuntó el coronel Del Corral.
Estos «esfuerzos» han permitido al personal de la base «mantener un alto nivel de preparación y, por consiguiente, una alta consideración dentro de las Fuerzas Pesadas», señaló el mando durante su intervención.
En este sentido, señaló que ese elevado nivel de exigencia «ha sido clave para afrontar todos los cometidos asignados, preparación a a que debemos unir la fe en el triunfo», porque, según exhortó, «no debemos perder nunca la fe en la misión, en nuestra causa», dijo el coronel.
Después de su intervención, se llevó a cabo el acto el homenaje a los que dieron su vida por España, que se acompañó con una salva de fusilería. Tras cantar al unísono el himno de Infantería y despedir a la bandera, se dio por finalizado el acto.
