De hondas raíces cordobesas

De hondas raíces cordobesas FOTOS: RAFAEL CARMONA

POR J. M. C.

Besamanos, la ordenación de cinco sacerdotes, una vigilia en la Catedral y triduos conmemoran la condición de María

Nutrida actividad mariana la de ayer en Córdoba con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción, con once besamanos y diferentes festividades de regla tras los triduos en varias hermandades, así como la ordenación de cinco sacerdotes por parte del obispo, Demetrio Fernández. «Ha sido una jornada muy solemne para todas las hermandades, con un buen número de actos, porque la Inmaculada es el día más fuerte en cuanto a cultos marianos de todo el país», recordó a este periódico el presidente de la agrupación de Cofradía de Córdoba, Francisco Gómez Sanmiguel.

Así, el pasado domingo ya se celebró por la noche la vigilia del obispo, en la que se hizo mención durante la homilía a las advocaciones, habida cuenta de las ordenaciones que se iban a celebrar al día siguiente. Igualmente, ayer por la mañana, bien temprano, a las 08.45 horas, se rezó el Rosario de la Aurora de María Santísima de la Esperanza, mientras que en la hermandad del Sepulcro llevó a cabo un triduo, aunque sin besamanos.

Los once besamanos

Ayer sí hubo besamanos en Nuestra Señora de las Almas, de la Borriquita; la Concepción, de las Penas; la Encarnación, del Amor; María Santísima de Gracia, de la Sentencia; el Dulcenombre, de la Veracruz; Nuestra Señora de la Salud, de la Agonía o la Reina de los Ángeles y sus Misterios Dolorosos, de la Sangre. También hubo en la Trinidad, de la Santa Faz; la Esperanza del Valle, de la Sagrada Cena; la del Mayor Dolor en Su Soledad, del Caído y la de la Alegría, ayer por la mañana, de la cofradía del Resucitado.

También en la Inmaculada Concepción se celebró ayer la fiesta de regla tras el triduo, mientras que la Veracruz juntó ayer ambas celebraciones (regla y triduo) en un mismo acto.

Toda esta actividad no es nada fuera de lo común, habida cuenta que Córdoba es el seno donde nació la chispa del dogma de la Inmaculada Concepción allá por 1614, cuando el dominico fray Cristóbal de Torres pronunció un sermón en la Catedral abiertamente en contra de esta condición mariana. Todo un escándalo en una ciudad donde ese punto no se limitaba a las cátedras de Teología, sino que las discusión salía a la calle entre devotos.

Un enfrentamiento entre franciscanos (defensores del inmaculismo) y dominicos que por entonces se saldó con un edicto del prelado fray Diego de Mardones prohibiendo que se discutiera en público. Luego, en 1854 pasó a ser dogma de fe. Pero antes en Córdoba ya contaba con una arraigada tradición, como se ve en las Reales Escuelas de la Inmaculada en la capital cordobesa o el Real Colegio de Estudios Mayores de la Purísima Concepción de Cabra, de 1679 y precedente del actual instituto Aguilar y Eslava, mientras que el 8 de diciembre se instituyó una misa desde el siglo XIII por este motivo.

De hondas raíces cordobesas

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