EL CONSUMO, PALANCA DE CRECIMIENTO
No son meros números ajenos al día a día de la población, sino señales inequívocas de que la recuperación se empieza a notar en la calle
EL repunte de la demanda interna es uno de los últimos indicadores en los que se refleja de forma clara la recuperación de la economía española. El consumo se está convirtiendo, poco a poco, en un nuevo y potente motor de crecimiento para el país, junto con el constante avance que siguen experimentando las exportaciones, tras el largo período de contracción y atonía sufrido desde el estallido de la crisis. No en vano, el PIB avanzó a un ritmo del 1,6 por ciento interanual en el tercer trimestre gracias, sobre todo, a la solidez de la demanda nacional, cuyo incremento se situó en el 2,5 por ciento, y todo apunta a que esta positiva tendencia se está manteniendo en los últimos meses del año. Prueba de ello es que las ventas del pequeño comercio subieron más de un 2% en octubre o que la compra de coches se disparó cerca de un 17% interanual en noviembre, de modo que el volumen total de vehículos matriculados superará, muy posiblemente, las 850.000 unidades en 2014, un 18% más que un año antes.
No son meros números ni abstractas variables macroeconómicas ajenas al día a día de la población, sino señales inequívocas de que la recuperación se empieza a notar en la calle, ya que el crecimiento del PIB está repercutiendo de forma progresiva en el bolsillo de los españoles. El puente de la Constitución de este fin de semana ha sido un ejemplo palpable de esta mejora, como bien lo demuestran el aumento del tráfico por carretera, la mayor venta de vuelos y billetes de tren, la elevada ocupación hotelera que han registrado numerosas localidades de España o el concurrido ambiente que ha vivido el centro de las grandes ciudades tras el pistoletazo de salida de la campaña navideña. No por casualidad, los centros comerciales prevén cerrar el año con el primer repunte de ventas desde el inicio de la crisis, motivo por el cual están reforzando sus plantillas para poder atender a la avalancha de visitantes. Todos los comercios, grandes y pequeños, esperan incrementar su actividad y, por tanto, sus beneficios.
Las causas que explican esta mejoría son múltiples, desde la devolución a los funcionarios de una parte de la paga extra suprimida en 2012 hasta la mayor capacidad adquisitiva que, en general, disfrutan los españoles como consecuencia de la baja inflación, la creación de empleo, el aumento de la confianza por parte de los consumidores o el intenso e imprescindible desapalancamiento que han protagonizado familias y empresas durante la crisis para sanear sus balances. Y lo mejor de todo es que la rebaja de impuestos que acaba de aprobar el Gobierno –9.000 millones de euros hasta 2016–, el sustancial ahorro que implicará la caída del petróleo para la economía española –unos 20.000 millones de euros el próximo año– y la reciente depreciación del euro contribuirán a reforzar tanto el consumo nacional como las exportaciones para seguir creciendo y generando trabajo en 2015.