Pinillos y Borja, el peaje de San Mamés
El lateral se perderá el duelo frente al Levante por lesión, mientras que el medio será revisado por los doctores mañana
Tres puntos y dos malas noticias. Ése es el saldo más pesimista que dejó en el Córdoba la primera victoria de la temporada. Asaltar el feudo del Athletic Club no podía salir gratis a los hombres de Miroslav Djukic, y menos en un duelo tan sufrido como el disputado en la «Catedral». El entrenador serbio perderá para la próxima jornada, por sanción, al lateral zurdo Dani Pinillos y conocerá mañana el alcance de la posible lesión de Borja García.
Ya lo avisó Djukic en la rueda de prensa previa al encuentro del sábado: el Córdoba no podía «especular», pese a que, además de Pinillos, afrontasen la contienda apercibidos de sanción los también defensas Íñigo López y Alexandar Pantic. Advirtió el técnico blanquiverde que, para albergar opciones de triunfo, tendrían sus hombres que «ir con todo» en «cada metro» y «cada segundo».
Y lo cumplieron. De hecho, hasta seis jugadores del Córdoba vieron la cartulina amarilla de Jaime Latre. Se hacían necesarias todas las armas. Entradas con decisión, faltas tácticas, pérdidas de tiempo... Un plan que Luso, Campabadal, López Silva, Juan Carlos y Borja aplicaron sin titubeos. Merecía la pena el sacrificio.
Un golpe
Aunque el peaje de Borja García fue doble: tarjeta y lesión. Cuando ardía San Mamés y más apretaba el Athletic, a falta de menos de diez minutos para el final, el madrileño se vio obligado a redondear su partidazo con una falta. Kike Sola se escapaba por el centro, dispuesto a montar un contragolpe que encendió las luces de alarma en la desorganizada defensa cordobesista. Borja no se lo pensó. Metió el pie sin dudarlo y derribó al rival.
El colegiado se llevó la mano al bolsillo como si de un acto reflejo se tratase. Sacó sus tarjetas al tiempo que corría hacia el «18» califal, que se quejaba dolorido en el suelo. Iturraspe protestaba ante una más que posible pérdida de tiempo y el cordobesismo rezaba para que sólo fuese eso: una forma de acortar un encuentro que se hacía eterno. Desquiciado, corrió desde su portería Iraizoz para recriminar su acción a Borja. Sólo le sirvió para recibir una tarjeta que ya sostenía el árbitro entre sus dedos.
Acto seguido, se la apuntó al mediapunta cedido por el Real Madrid. Misión cumplida. Una amarilla por dos minutos de vida. No se jugó al fútbol entre el 82:40 y el 84:40. Sin embargo, la sustitución que solicitó Borja a los doctores hacía presagiar lo peor. Las primeras evaluaciones descartaron algo grave, si bien queda por confirmar la presencia de Borja en el duelo ante el Levante. Sufre un golpe en la pierna derecha y mañana se conocerá su alcance definitivo.