El Atlético vuelve a vivir el fútbol
El Atlético de Madrid mostró su solvencia en Elche tras una semana tumultuosa en la que el debate puramente futbolístico estuvo arrinconado. Ganó 0-2 y dejó un puñado de buenas noticias, como la redención de Siqueira, el gran trabajo en defensa y ataque de Mandzukic… y un gol de pizarra que sorprendió por su plasticidad. Con estos tres puntos sigue la estela de Real Madrid y Barcelona (o, como prefiere Simeone, pone tierra de por medio con Sevilla y Valencia, sus «auténticos rivales» en el campeonato por un puesto en Liga de Campeones). En el otro debate, el que ha estado en la zona caliente de los medios, ambos equipos dejaron clara su repulsa a la violencia en los prolegómenos del partido, y las aficiones protagonizaron gestos de amistad que contrastaron con la lamentable reyerta de hace una semana en el Manzanares que le costó la vida a un ultra del Deportivo.
Un gol para la videoteca de la Liga, cocinado en los fogones de Simeone y el Mono Burgos, despertó un partido que avanzaba lánguido, bien controlado por el Elche. Fue una obra de arte de la estrategia que caracteriza al Atlético, una vuelta de tuerca sobre lo visto hasta ahora. Parecía un saque de esquina más, con Koke en el lanzamiento y los Mandzukic, Tiago, Godín y Raúl García al acecho para cazar el balón con la cabeza. Lo normal. De forma inesperada, el canterano montó un rondo ensayado con Siqueira y Arda junto al lateral del área. Tras marear a la defensa, el turco centró con toda tranquilidad a Giménez, que hizo un recorte a Damián y remató a la escuadra. Tyton, estupefacto, ni se movió. El joven defensa uruguayo (19 años) se estrenaba como goleador de su equipo después de ocho partidos. Simeone dijo después en sala de prensa que el tanto «fue fruto del trabajo y de la inspiración».
Gran labor de Mandzukic
Hasta ese momento el Elche, uno de los equipos del torneo más castigados en su portería, se había mostrado bien armado atrás, cortando los avances visitantes sin apenas apuros. El gol le obligó a tener más ambición, y pasada la media hora un centro-chut de Fayçal obligó a Moyá a jugarse el pellejo con el poste. En la letra pequeña de la primera mitad tuvo unos renglones Jonathas, bregador pero enfadado con el mundo. Se encaró con Raúl García tras una falta del navarro, que cumplió su partido 300 con la camiseta rojiblanca, y se ganó una tarjeta amarilla. No bajó el nivel de pelea el ofuscado Jonathas durante el resto del encuentro, pero sin sacar rendimiento para su equipo.
En las filas contrarias, Mario Mandzukic dio un recital de lo que debe ser un delantero bajo la hégira de Simeone. Su espigada figura es un clásico en área propia, cuando toca defender, y ya no se conforma con despejar peligros sino con iniciar los contragolpes. Hasta que llegó la recompensa del gol se le vio más en esas labores de fontanería poco vistosas. Al poco de iniciarse la segunda mitad recibió un pase formidable de Gabi al hueco, ganó la posición a Lombán y ajustó el balón al primer palo sorprendiendo a Tyton. Fue sustituido por Griezmann después de firmar uno de sus partidos más completos de la temporada.
La Juventus, en el horizonte
El Elche se vio ante una misión imposible frente a un rival experto en gestionar ventajas; resignado a su suerte, apenas inquietó a Moyá, al que solo llegó algún balón aéreo que atrapó sin problemas. Vivió el Atlético una recta final plácida. «La mejor noticia es que después de haber realizado diez cambios en la plantilla respecto al pasado campeonato seguimos compitiendo», dijo su entrenador. Ya piensa en el compromiso de Liga de Campeones ante la Juventus, con la que se juega la primera plaza de su grupo este martes en Turín.