Fútbol
El Córdoba CF ya es de Primera
Un solitario gol de Ghilas en la primera parte sirvió para que el equipo blanquiverde sumara su primera victoria en Liga
Dos lecciones de fútbol, cada una de 45 minutos, valieron la primera victoria del Córdoba en 14 partidos. La primera en la Liga de las Estrellas después de 42 años y siete meses. Quedó claro frente al Athletic, que a los califales no les bastará este año con lo mínimo. Para ganar, tendrán que ser perfectos. Y en Bilbao lo fueron. En defensa y en ataque. Un equipo con mayúsculas. Un equipo para creer.
Todo el fútbol que Córdoba se arrebató a sí mismo durante las trece primeras jornadas salió a borbotones en San Mamés. Allí se vio a un equipo irreconocible, ultramotivado, picado en su orgullo. Once hombres que habían asumido una situación dramática. Once gladiadores decididos a domar a los «leones» para clavar la bandera blanquiverde en la «Catedral». Ni el ambiente ni la teórica superioridad de los rojiblancos fueron obstáculo para los pupilos de Djukic, que se llevaron por delante todo desde el primer minuto.
Al equipo le bastó con 20 minutos para demostrar que es de Primera. Y a Borja o Ghilas les sobró con un par de acciones para entregar sus respectivas tarjetas de presentación a la grada y a unos defensas superados una vez tras otra. Los 22 jugadores se movieron al ritmo que marcó el madrileño. Todos bailaron al compás de sus controles orientados, de sus pisadas, de sus caños o de sus exquisiteces con el tacón. Al argelino sólo podían padecerlo y admirarlo a partes iguales.
Ghilas corrió y tocó
Ghilas presionó como el mejor Toquero en tierras bilbaínas y galopó como el mejor Ronaldo Nazario. El 0-1 nació en el círculo central, en un pase atrás fallido de Iturraspe. Lo recogió el delantero blanquiverde y la zaga del Athletic ya sólo pudo ver el 14 de su espalda, una definición magistral y la celebración de un gol que sacaba al Córdoba del último puesto de la tabla.
Los de casa tardaron más de un cuarto de hora en reponerse. Enseñaron sus garras justo antes del descanso, pero el pitido del árbitro mandaría indemnes al vestuario a los califales. Tendrían que sufrir aún mucho para obtener su botín. Valverde revolucionó su equipo y consiguió embotellar al Córdoba en su campo desde el minuto 45. Si los atacantes habían cumplido con la mitad del trabajo, todavía hacía falta una exhibición defensiva para lograr los tres puntos.
El Córdoba se mostró muy superior en la Catedral
Djukic construyó un muro indestructible en el área de Juan Carlos. El esfuerzo de la zaga materializaba un premio que, con cada centro despejado, cada ocasión abortada y cada minuto consumido, sabía mejor. Porque sin sufrimiento el fútbol no es lo mismo. Por eso mandó a las nubes Campabadal un mano a mano frente a Iraizoz. Porque la primera victoria en la élite tenía que llegar así. Para salvarse hay que morir sobre el campo. Y el Córdoba por fin se ha demostrado que sabe hacerlo. Ya es de Primera.
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