El mal negocio de las películas

El mal negocio de las películas

POR R. R.

Una productora de dibujos animados participada por Grupo Cinco ha perdido cerca de medio millón de euros

¿Tiene sentido que una institución pública que ha de proveer de carreter as, agua o recogida de basura sea copropietaria de una productora de cine animado? Pues, para la Diputación de Córdoba, durante la década pasada, lo tuvo. La institución provincial sigue siendo hoy accionista de referencia de Grupo Cinco —cuya gestión ha sido incorporada a una causa penal— y ésta, a su vez, es propiedad de Milímetros Corporaciones Industriales SL, una sociedad para impulsar películas de dibujos animados y para consolidar a Córdoba como referencia del sector.

A la inversión se le dedica apenas un párrafo en la memoria del Grupo Cinco relativa a las operaciones de 2013. Dice que es una inversión a largo plazo y que ello prima sobre una recuperación rápida de la inversión. Lo que viene a ser que el dinero invertido no ha dado frutos en la cuenta de resultados.

Grupo Cinco, de capital mayoritariamente público, entró en la empresa al calor de Animacor, el festival de cine animado que se realizó en Córdoba dirigido por el cineasta Antonio Zurera y que dejó de realizarse en 2012. La empresa semipública, dirigida por él mismo, fue a una ampliación de capital de 1,2 millones de euros —Cinco posee, nominalmente, el 49 por ciento del capital—. «Hasta la fecha se han producido tres películas», dice la memoria del año 2012, todas ellas nominadas a los Goya. En 2013, Zurera estrenó otro título aunque en los créditos ya no consta como productora la empresa participada por administraciones públicas de la provincia. Su empresa privada tiene su sede y sus equipos en Madrid.

Hasta qué punto los dibujos animados fueron una inversión provechosa para la empresa de la Diputación y de los ayuntamientos de la provincia (participan con un capital varios municipios) es, hoy, imposible de saber al detalle porque no hay cuentas en el registro mercantil.

En la memoria de 2012, Cinco sí reseñaba una serie de datos de interés. La inversión había sido provisionada ante su deterioro. La empresa audiovisual disponía de un capital de 1,2 millones de euros pero unas reservas reales de 33.000 euros. Según los estados financieros no auditados, las pérdidas acumuladas sumaban hace dos años más de 400.000 euros y los números rojos adjudicados al año 2012 eran superiores a 40.000 euros. El patrimonio neto estaba por debajo del capital social. Aparte, constaba en libros que Cinco, mayoritariamente pública, había realizado un préstamo participativo a la productora de 396.000 euros con vencimiento en 2020. En 2013, las pérdidas anotadas se elevaron en otros 55.000 euros. Según los datos de ese año fiscal, el préstamo participativo se elevaba a más de 700.000 euros. Cinco volvía a realizar nuevas provisiones por deterioro.

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