No todos los españoles somos iguales
Llevamos días oyendo y ojeando noticias todas ellas imputadas a personajes de la vida pública sobre malversaciones, alteraciones de fondos estatales y prevariación, así mismo de tráfico de influencias y, como no, también de sobornos y regalos materiales. Esta España nuestra está corrompida hasta las trancas; personas que antes las veíamos normales, resulta ahora que son supuestamente corrompidas, corruptas y cleptómanas, en una palabra, de la noche a la mañana despreciados por el resto de los españoles.
Las ruedas de molino dejaron de hacer sus funciones, así es que no nos hagan comulgar con ellas. Hay partidos que cargan sus tintas contra los otros y recíprocamente con ello las afrentas son continuas y duraderas en el tiempo; dando un ejemplo calamitoso para sus votantes que son personas decentes, honradas y de buena fe, aunque de todo hay en la viña del Señor.
El señor Rajoy lleva razón cuando dice que no somos peores que otras profesiones, es verdad, todas tienen garbanzos negros y en algunas negrísimos como les pasa a todos estos despreciados políticos y repudiados por algunos de sus partidos. Antes de seguir diré que todos los partidos son iguales, todos tienen que callar y, lo que es más denigrante e indecoroso, que haya algunos reprochando que aún hay partidos que tienen imputados. Es lo que le pasa al camisa blanca del PSOE cuando habla de corrupción, que le echa los excrementos de la gaviota al partido que gobierna la nación.
Este caballero debe estar calladito cuando habla de corrupción, donde su partido en Andalucía está hasta las trancas de podredumbre y de tomar prestado dinero de todos los españoles, donde hay más de 120 imputados y los que aún tienen que salir si no echan antes a la Jueza Alaya.