LA CASA COMÚN DE LA IZQUIERDA AMENAZA RUINA
EL PSOE está viviendo la situación inédita de tener que luchar por el liderazgo de la izquierda española, amenazado por la emergencia de Podemos en las encuestas y en el ambiente social y político del día a día. No se trata solo de que la formación dirigida por Pablo Iglesias esté desbancando al PSOE en los sondeos de intención y estimación de voto. El gran problema de los socialistas es que Podemos les ha arrebatado la agenda política de la izquierda. Para mayor inquietud del PSOE, Podemos ha conseguido este protagonismo con el mínimo esfuerzo, incluso a pesar de la insoportable levedad de su inverosímil programa económico, enmarcado en una pragmática mudanza ideológica que ha llevado a Iglesias y compañía desde Venezuela a Suecia. Poco queda de aquella histórica definición del Partido Socialista como «la casa común de la izquierda» y sí mucho de un partido herido por la pérdida de identidad, una crisis de principios que Podemos no ha hecho sino agravar.
Para los dirigentes del PSOE es un drama histórico que los analistas sitúen su futuro entre una «gran coalición» con el Partido Popular y un «frente popular» con Podemos. Nadie apuesta por la tercera opción de un PSOE en condiciones de gobernar con autonomía. Aun así, un mínimo sentido de Estado debería llevar a la cúpula socialista a no descartar de raíz –aunque no la reconozcan públicamente– una política de acuerdos con el PP tras las elecciones de 2015. Claro está que se trata de una expectativa a muy largo plazo, que antes tendrá que pasar el Rubicón de las municipales y autonómicas del próximo mes de mayo, garantizadas como un ensayo general de las posibilidades de ambos partidos en las posteriores elecciones generales.
