Controversia y tremendismo
Han disfrutado algunos lectores con el duelo de guante blanco que han mantenido desde sus columnas Ramón Pérez-Maura y Juan Manuel de Prada, que fue el que abrió la caja de los truenos, todo sea dicho, y de quien nuestro suscriptor JOSÉ MARÍA CASTRO MUGABURA asegura que «se expresa soezmente y de cuyos comentarios tan estrafalarios no quiero ni hablar». «Me ha divertido –asegura ÍÑIGO ABARCA– la polémica entre Pérez-Maura y Prada a cuenta de la señora Thatcher. Como yo lo veo, es que Pérez-Maura tiene razón en el fondo. El punto de vista de De Prada me parece un punto tremendista. Muy español, si se me permite decirlo. Magníficamente escrito, pero desorbitado. Dicho esto, hay que decir a Pérez-Maura que para defender “lo británico” no hace falta vestirse de tweed. Personalmente, me encanta Kate Moss y no por eso llevo –o cuento– una vida salvaje, ni me pongo minifalda. Lo que sí me parece absurdo, una pasada, es haber puesto el nombre de Margaret Thatcher a una plaza céntrica de Madrid, cuando según el propio ABC “la ciudad que gestionó el imperio omite a sus mejores hijos en el callejero”. La denominación de la plaza de Margaret Thatcher es una paletada. Ella o ellos (los ingleses), a la inversa, nunca lo hubieran hecho».