Uno de cada tres empleados del SAS tiene contrato temporal o «minijob»

La agencia sanitaria deja sin cubrir las vacantes y ofrece trabajos por horas a cambio de sueldos que apenas llegan a los 400 euros mensuales

ANTONIO R. VEGA

El gigante de la sanidad pública andaluza tiene los pies de barro. La gestión que el Gobierno de Susana Díaz presenta como modélica pivota cada vez más sobre la precariedad laboral. Uno de cada tres trabajadores del Servicio Andaluz de Salud (SAS) no tienen una plaza en propiedad y encadenan contratos temporales. El cuadro clínico aún se torna aún más crítico para los médicos. Los datos son apabullantes. El 38,2 por ciento de los 19.632 facultativos que atienden a los pacientes en los centros de salud y hospitales públicos tienen empleos inestables, según un informe elaborado por el organismo al que ha tenido acceso ABC.

Entre los 7.502 precarios que hay en este colectivo se incluyen los eventuales —que rozan los 4.000, según las estimaciones del Sindicato Médico Andaluz (SMA)—, los interinos y los que realizan tareas por obras y servicios. Aunque las organizaciones sindicales coinciden en que no son la mayoría (no hay datos oficiales), éstos últimos representan el eslabón más débil en la cadena de recortes que la Junta de Andalucía se empeña en negar. Los contratos a tiempo parcial que suscriben recuerdan a la denostada receta laboral de Angela Merkel, los llamados «minijobs» o miniempleos, trabajos de dos o tres horas al día a cambio de remuneraciones que rondan en algunos casos los 400 euros mensuales. «Hay gente contratada no sólo al 75 por ciento en los hospitales, sino también en jornadas mínimas del 50 y 33 por ciento y con condiciones indecentes», corroboran desde el SMA.

Mantener un alto porcentaje de trabajo temporal supone un ahorro considerable a corto plazo para las arcas públicas. Aparte de no pagar trienios y cotizaciones, existe mayor facilidad para despedir a los profesionales o moverlos de una unidad a otra sin conocer los turnos que van a tener la próxima semana. Por no hablar de las trampas. «El SAS contrata a un médico por tres horas y le hace trabajar ocho, pero las cinco restantes se pagan como guardia, a 15 euros brutos la hora», detallan. Las jubilaciones masivas de profesionales no se cubren. Tampoco las bajas maternales.

El Sindicato de Enfermería, Satse, ha hecho campaña contra los llamados «minijobs», «contratos basura con jornadas al 75% e incluso menos» que se han convertido en la única tabla de salvación para jóvenes en paro.

Para los pacientes, todo son perjuicios. Según explica el Sindicato Médico, los usuarios se ven obligados a cambiar de profesional de cabecera constantemente, lo que complica el seguimiento periódico de los problemas de salud y una fluida relación médico-paciente. «2014 ha sido el año en que se han ido más gente formada de Andalucía porque no tenía trabajo», lamentan desde el sindicato más representativo entre los médicos del SAS. Denuncia que «no hay un colectivo de funcionarios con unas cotas de inestabilidad tan altas».

Antes de la crisis, la temporalidad era un mal localizado en momentos puntuales (sustituciones de verano y picos de la gripe), pero a golpe de recortes ha ido creciendo como una metástasis. Va a hacer falta una potente cirugía de choque para erradicarlo. La precariedad afecta a 28.601 (32,3%) de los 88.381 trabajadores del servicio sanitario, según los datos que el SAS entregó a las organizaciones sindicales esta misma semana para justificar la Oferta de Empleo Público que tiene previsto lanzar en 2015, coincidiendo con las elecciones municipales.

Peor que en España

Basta un vistazo rápido al parte laboral del SAS para comprobar que la temporalidad ha pasado de ser una rendija para tapar huecos a convertirse en un enorme boquete. Ninguna categoría profesional escapa a la tijera: alcanza el 41,4% de los celadores, al 40,8% del personal de mantenimiento de los centros sanitarios, al 33,5% de los técnicos sanitarios y al 31,4 y 26,2 por ciento de los auxiliares de enfermería y enfermeros, respectivamente.

Los datos echan por tierra algunos mitos como el de la infranqueable línea roja de la sanidad andaluza. Según el registro de personal en las administraciones públicas que publica el Ministerio de Hacienda, entre 2012 y 2013, coincidiendo con la aplicación del plan de ajuste, se perdieron 7.027 empleos en las instituciones sanitarias (7,3%). En el conjunto de España, en el mismo período la reducción fue inferior: 12.406 empleos (2,4%).

En otoño la situación ha empeorado a medida que se agotaba la partida para cubrir bajas.

El secretario general del Satse en Andalucía, Francisco Muñoz, afirma que en noviembre «no se ha sustituido nada porque no había presupuesto en los centros». «La contratación de enfermeros se ha ido a cero y ahora se ha empezado a tirar de la bolsa porque el SAS trabaja ya con las cuentas del año que viene», aclara. Muñoz no duda de que la precarización pasa factura a la asistencia. «Se cerrado unidades enteras para mantener la contratación baja, a costa de sobrecargar a los trabajadores en plantilla. Así es imposible ofrecer un servicio digno», sentencia.

Uno de cada tres empleados del SAS tiene contrato temporal o «minijob»

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