PUNTO DE MIRA
CAZA Y PARQUES NACIONALES
La moratoria aprobada para poder cazar en estos parajes desencadena el pataleo indiscriminado de los ecologistas más radicales
LA reciente aprobación en las cámaras legislativas de la moratoria que permitirá cazar en los parques nacionales españoles hasta 2021 ha desencadenado el pataleo indiscriminado de las asociaciones ecologistas más significativas contra esta medida. Por su parte, el sector de la caza muestra también su descontento por la contínua caza de brujas que, por parte de los partidos políticos, se hace de un sector de gran importancia en nuestro país, el cinegético. La oposición en bloque se ha posicionado en contra de esta medida aprobada por senadores y diputados del Partido Popular.
Por su parte, organismos tan solventes como el IREC (Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos), a través de su director, Jorge Cassinello, han resaltado la tesis de que la caza se constituya como actividad indispensable dentro del Parque Nacional de Cabañeros, con el fin de lograr la «estabilidad» de tan privilegiado enclave castellano manchego. El IREC, a través de sus investigaciones científicas, demuestra que la caza, como elemento regulador de las poblaciones de ciertos animales silvestres, no sólo no es perjudicial, sino que es beneficiosa e incluso imprescindible para la sostenibilidad de determinados espacios protegidos.
Queda así demostrada, con argumentos meramente científicos, la demagogia empleada por ciertos partidos políticos y la práctica totalidad de las organizaciones pseudo ecologistas, cuyo modus vivendi se basa en las subvenciones. La caza, le pese a quien le pese, es necesaria para la regulación poblacional en los espacios protegidos. La actividad cinegética deberá ser regulada, con criterior científicos para enriquecer dichos enclaves.
La ausencia en la cadena trófica de depredadores de ciertos ungulados silvestres provocaría en pocos años, en caso de la prohibición de la caza, el deterioro de dichos espacios, además de la aparición de enfermedades y epizootias en dichas poblaciones.
Ya es hora de que nuestros políticos (o por lo menos algunos de ellos) abandonen y aparquen las rancias recetas ecologistas propugnadas por aquellos que sólo viven del negocio de la protección de la naturaleza.
Nosotros, los cazadores, se lo recordaremos con nuestros votos.