Las dudas de Djukic, en la zona de retaguardia

El partido de Elche dejó conclusiones. Es cierto que el vestuario quedó «mal», tal y como confesaba ayer Borja García, puesto que se quedó muy cerca de la primera victoria. Pero, al menos, sí ofreció una imagen de equipo más compacta e incluso se podría decir que real.

En parte, todo viene derivado por una modificación en el sistema de Djukic. Y es que la colocación de Deivid como pivote defensivo ofrece una serie de variedades a la hora de situar a los jugadores en el campo hasta el punto de que en algunas fases de partido el 4-2-3-1 se deriva en un 3-3-3-1 con el grancanario haciendo lo que sería una especie de tercer central.

Sin embargo, todos estos aspectos teóricos se ven muy condicionados de cara al partido del próximo domingo por la ausencia de Pantic. Sin el central serbio, que está cedido por el Villarreal, a Djukic le quedan como opciones para esa demarcación el mencionado Deivid, ahora reciclado al centro del campo, más el intocable Iñigo López y Iago Bouzón.

Por lo tanto, el equipo que disponga el Córdoba el domingo puede estar muy condionado por dónde quiera Djukic que juegue Deivid. Si mantiene la idea, Iago Bouzón cerraría la zaga. Eso sí, sería el primer partido del gallego en El Arcángel, puesto que hasta la fecha sólo había jugado en Mestalla ante el Valencia y en el Calderón contra el Atlético con el añadido de que entonces lo hizo en el puesto de lateral derecho. Si, por el contrario, Deivid vuelve al centro de la zaga, los candidatos a ocupar la posición de «stopper» son López Garai y Luso.