Rechaza un indulto porque le sale caro

Cualquier condenado a purgar sus culpas tras los barrotes de una celda desearía ser indultado. Cualquiera, menos Salvador R.M.P., un procesado que ha renunciado a que le sea conmutada la pena de prisión por una sanción económica de 5.400 euros. La decisión de este recluso, aunque ilógica a priori, está más que justificada: por un lado, apenas le quedan tres meses para cumplir la sentencia, por la que tenía que pasar un año y medio en la cárcel. Por otro, Salvador está disfrutando ya del tercer grado, es decir, que se encuentra en una situación de «semilibertad». Pagar ese dineral cuando está a punto de satisfacer su condena parece absurdo.

Sin embargo, el procesado no tiene la última palabra. Tras manifestar su rechazo al indulto, que salió publicado en el pasado lunes en el Boletín Oficial del Estado, el Juzgado competente (Penal número 4 de Córdoba) ha dado traslado del asunto a la Fiscalía, que tendrá que decidir qué sucede con este tipo de casos. Fuentes del órgano judicial informaron a este periódico de que «no recordamos un caso similar; nunca nos habíamos enfrentado a algo así».

Salvador R.P.M. fue condenado el 10 de junio de 2009, como autor de un delito de robo con fuerza a la pena de un año y seis meses de prisión, con la accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena, por hechos cometidos en el año 2007.

Según contempla el Real Decreto del BOE, que rubrica el ministro de Justicia, Rafael Catalá, «vengo en conmutar a don Salvador R.M.P. la pena privativa de libertad pendiente de cumplimiento por otra de tres años de multa, que se satisfará en cuotas diarias de 5 euros cuyo inicio y forma de cumplimiento serán determinados por el Tribunal sentenciador, a condición de que no vuelva a cometer delito doloso en el plazo de tres años desde la publicación de este Real Decreto».

El delito que llevó a este indultado al centro penitenciario de Alcolea fue el robo con fuerza. Según recoge su sentencia, forzó la puerta de una parcela de Almodóvar del Río en compañía de otras personas no identificadas, y se hizo, entre otros efectos, con un grupo electrógeno y dos armas de aire comprimido. Además, accedió a un almacén del mismo recinto y sustrajo una picota y una linterna.