Los presuntos pederastas de Granada
La Justicia cerca a «los Romanones»
El titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Granada, Antonio Moreno, decretó ayer prisión (eludible con una fianza de 10.000 euros) para uno de los sacerdotes implicados en los presuntos abusos sexuales a al menos dos menores. Los otros tres detenidos (dos curas y un profesor de Religión) quedaron en libertad con cargos, acusados como el primero por delitos «contra la libertad e indemnidad sexual», según fuentes judiciales. El magistrado adoptó la decisión después de que prestaran declaración. El último en hacerlo fue precisamente Román M. V. C., que da nombre al clan «los Romanones», el oscuro grupo, con trazas de secta, en el que guarecían sus «actividades»: captaban a los menores como monaguillos, los convencían para que se distanciasen de sus familias y les adoctrinaban para que no considerasen el sexo como un pecado. Además, disponían de una red de pisos (aparte de la casa parroquial granadina) producto de la herencia de una farmacéutica de la localidad granadina de Órgiva. Alguno de estos inmuebles fue utilizado, supuestamente, para cometer los abusos que denunció un joven, por carta, al Papa Francisco y que sirvió para que el caso saliera a la luz. Ayer aparecieron pintadas de «pedófilos» y «sucios pederastas» en la parroquia de San Juan María Vianney, donde oficiaba el padre Román.