¿Hasta cuándo?
Nuevamente aparecen a través de los medios de comunicación la Operación Púnica (fuerza cartaginés) que nos deja 51 implicados, incluidos algunos altos cargos del Partido Popular. Derivados de casos de corrupción que proliferan y se multiplican de región en región, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, inmersos en vilezas y miserias de muchos gobernantes.
Ante estas situaciones, no tengo por menos que recordar a Machado cuando dijo: «La malherida España, pobre y escuálida y beoda». Pero yo añadiría que más que escuálida es corrupta, ladrona, inquisidora y engañosa que va deteriorándose a paso agigantado.
Beoda, desequilibrada y sin rumbo fijo. Volátil y a tropezones, sin saber donde va porque carece, en muchos casos, de reflexión, honradez y humanidad.
Paseamos nuestras vergüenzas a diario, sin importarnos la moral y buena conciencia debidas, porque vivimos encenagados en el mal. Por ello es necesario a todas luces reformar la vida política, aunando esfuerzos y voluntades hacia el bien, porque de lo contrario la dignidad de la política se verá empobrecida, vilipendiada y despreciada por toda la ciudadanía. Y no se nos olvide a todos: Si la moral no adquiere, de una vez por todas, principios y valores, adaptándola a los tiempos presentes y democráticos, nos veremos sometidos a soportar dictaduras o populismos baratos que nos impiden gozar de la plena libertad del hombre.
¿Hasta cuándo esta incertidumbre, este oleaje bramando por esquinas y plazas? Denunciador, y calamitoso al mismo tiempo, que va minando nuestra propia existencia y empobreciendo nuestra dignidad y libertad.