Sánchez Gordillo se burla del Parlamento andaluz

La marcha atrás en su decisión de dejar la Alcaldía le sitúa fuera de la ley

MERCEDES BENÍTEZ

Juan Manuel Sánchez Gordillo decidió el pasado sábado saltarse a la torera las normas del Parlamento que establecen la incompatibilidad entre los cargos de alcalde y diputado y no dejar finalmente la Alcaldía de Marinaleda. Y lo hizo con nocturnidad y alevosía, cerca de las diez de la noche, hora en la que se conoció el cambio de criterio de Sánchez Gordillo que se negaba a dejar el bastón de mando municipal.

Sánchez Gordillo, al igual que otros seis diputados que compartían el escaño con una alcaldía, debía optar por un cargo u otro antes del 11 de noviembre. Gordillo, al igual que Esperanza Oña en el PP, anunció que dejaba la Alcaldía de Marinaleda, para lo cual presentó incluso un escrito de renuncia y convocó un pleno para ceder el bastón de mando de alcalde al primer teniente de alcalde. Pero, tal y como recogió ayer ABC, el polémico dirigente se arrepintió a última hora y decidió suspender el pleno para seguir como alcalde en la misma localidad que lleva dirigiendo desde el año 1979.

De esta manera, Sánchez Gordillo intenta burlarse del nuevo régimen de incompatibilidades establecido en la Ley Electoral de Andalucía y dejaba con el paso cambiado a IUCA, ya que ni siquiera había comunicado su intención de seguir de alcalde al coordinador general de esta formación en Andalucía, Antonio Maíllo, quien tuvo que admitir su «sorpresa» por el cambio de decisión. De hecho, fuentes del grupo parlamentario de IU confirmaban que el alcalde de Marinaleda no anunció a su jefe de filas su intención de mantenerse en la Alcaldía.

Sin embargo, el líder de IUCA no quiso crear polémica y se mostró conciliador. «No deja de sorprendernos que había decidido una cosa y ahora hace otra», señaló, para agregar que «Juan Manuel es genio y figura, no hay que darle más trascendencia», aunque apuntó que cuanto antes se resuelva este asunto será «mejor para todos».

La salida de tono del alcalde pone a los socios del PSOE en el Gobierno en una incómoda postura si se tiene en cuenta que fueron los socialistas los impulsores de ese cambio de norma que ha expulsado de la cámara otros cinco alcaldes del PP y obligó a Esperanza Oña a abandonar el sillón municipal de Fuengirola para decantarse por la cámara regional.

Así las cosas en el grupo parlamentario rechazaban ayer hacer cualquier valoración y se circunscribían a lo dicho por el propio Maíllo. «Nos enteramos anoche (por el sábado)», reconocían fuentes de IU recordando que el escaño de Sánchez Gordillo deberá ser ocupado en los próximos días por el siguiente en la lista, Alvaro García, teniente de alcalde de Pedrera y maestro de profesión, que está en la ejecutiva de IU y es miembro de la Candidatura de Unidad de los Trabajadores (CUT-BAI), la formación del propio Gordillo.

Por necesidad

¿Cómo justificó el interesado para este repentino cambio de criterio? Las explicaciones las daban por él desde la CUT: que los concejales de su formación se negaron a asumir el relevo en la Alcaldía de la localidad y que ello fue lo que llevó al líder jornalero a seguir como primer edil. «Ninguno de los concejales está dispuesto a asumir la responsabilidad de ser alcalde», señalaron.

Sin embargo esta decisión fue duramente contestada por el PSOE de Marinaleda, que ayer achacóa «la marcha atrás» de Sánchez Gordillo a una consecuencia «del baile del SAT, Izquierda Unida y Podemos», y lamentó que «sólo se preocupen de ellos mismos mientras se olvidan de los problemas de los ciudadanos y las ciudadanas».

Un cambio de postura que el PSOE local también relaciona con «el pánico que tiene a las próximas elecciones, tanto en Andalucía como en Marinaleda».

Por su parte, el vicepresidente de la Junta de Andalucía y consejero de Administración Local y Relaciones Institucionales, Diego Valderas, también se refirió a la «marcha atrás» de Gordillo, señalando que lo consideraba «normal» ya que la «simbiosis» con el municipio de Marinaleda «ha podido más», ya que se trata de «su ciudad, con la que ha crecido y se ha engrandecido como alcalde».

En cualquier caso, pese al intento de Sánchez Gordillo de vulnerar la nueva normativa, la ley le obliga. Tendrá que presentar la renuncia al acta de diputado en los próximos días. Si no abandona la Alcaldía como dejó claro la noche del pasado sábado, deberá presentar un escrito con su renuncia al acta de diputado en el Parlamento. Ssi no lo hace será la propia cámara la que deba enviarla un escrito al Ayuntamiento de Marinaleda y, tras confirmar que efectivamente sigue siendo el primer edil de esa corporación municipal, se declarará la incompatibilidad de cargos. La próxima reunión de la Comisión del Estatuto del Diputado (encargada de esos asuntos) se celebrará el próximo miércoles. Si el alcalde Marinaleda no ha renunciado para esas fechas, será el Parlamento el que lo obligue. Está claro que si Sánchez Gordillo no deja su escaño pro las buenas, será el propio Parlamento el encargado de obligarle a acatar a Ley.

Sánchez Gordillo se burla del Parlamento andaluz

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