Devoción y culto a los Mártires
Decenas de fieles acompañaron ayer a las sagradas reliquias desde San Pedro en procesión hasta la Catedral
El impetuoso repicar de las campanas de San Pedro y el intenso olor a incienso anunciaban ayer, poco antes de las 10.00 horas, la salida en procesión de las sagradas reliquias de los Santos Mártires de Córdoba, que se veneran desde el siglo XVI en la citada basílica. El destino por un día, la Catedral, con motivo del 775 aniversario de su consagración.
Decenas de fieles (la mayoría, miembros de la hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia, fusionada en el año 2000 con la Sacramental y de los Santos Mártires), portando cirios rojos, acompañaron a la urna en su solemne desfile, que salió sobre parihuelas y acompañada por el grupo musical de la capilla de la banda de la Esperanza. Completaron el cortejo el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, así como varios miembros de la corporación municipal.
Las reliquias cruzaron las puertas de la Mezquita-Catedral poco antes de las 12.00 horas, cuando el obispo de la diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández, presidió la preceptiva misa. La capilla de la cofradía del Miércoles Santo puso música a la ceremoniosa celebración.
En su homilía, monseñor Fernández festejó la visita de las reliquias, «uno de los mejores tesoros que tiene esta ciudad, que guarda la comunidad cristiana, puesto que en los Santos Mártires el amor se produjo hasta su máxima expresión. Y el cristianismo es la religión del amor».
Igualmente, el obispo insistió en la importancia de la celebración «en la Catedral, la casa de los cristianos cordobeses desde hace casi ocho siglos. Es nuestro epicentro y lugar fundamental».
La urna de los Santos Mártires ha salido de San Pedro en muy pocas ocasiones. Durante el siglo XX sólo estuvo dos veces en el primer templo: en 1939 fueron llevadas en una procesión extraordinaria organizada al término de la Guerra Civil y en 1996 presidieron la toma de posesión del obispo Javier Martínez, ya que se hallaban en el primer templo por el cierre de San Pedro, que se prolongó de 1985 a 1998.
Las sagradas reliquias fueron halladas en San Pedro en 1575 y han sido tradicionalmente uno de los tres pilares fundamentales de la religiosidad popular en Córdoba. Las apariciones del Custodio al Padre Andrés de las Roelas sirvieron como testimonio y ratificación de que los huesos hallados en San Pedro pertenecían a Mártires cordobeses, tanto de la época romana (siglo III) como de la persecución califal (siglo X).
Al finalizar la misa, en torno a las 13.00 horas, la urna realizó, junto a los fieles, el camino de vuelta a su iglesia.