entrevista
Eslava Galán: «La primera guerra mundial fue el suicidio de Europa»
El autor jiennense participa el jueves en el Foro Cultural de ABC, donde presenta su ensayo sobre la «Gran Guerra»
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Juan Eslava Galán (Jaén, 1948), autor de más de cincuenta libros, participará el próximo jueves, 27 de noviembre, en el Foro Cultural de ABC, donde analizará la última obra que ha escrito un ensayo no exento de rigor pero muy fácil de leer, titulado «La Primera Guerra Mundial, contada para escépticos» (Planeta), en la que el autor jiennense acerca al lector no especializado las claves de este conflicto. La charla-coloquio comenzará a las 19.30 horas, en la sala Cajasur-Reyes Católicos. Cuenta con el patrocinio de la citada entidad bancaria y colabora Carburos Médica.
—¿Qué lección se puede extraer cien años después de la I Guerra Mundial?
—La principal es que fue un suicidio de Europa y que aún quedan flecos de ella que estamos padeciendo.
—¿Por qué los gobernantes de 1914 no dieron la talla?
—Hubo un fracaso diplomático evidente, pero también se dio una concatenación de causas más bien fútiles que llevaron al conflicto.
—Muchos historiadores sostienen que Europa iba bien en 1914 y que no había motivos objetivos para declarar una guerra. ¿Está de acuerdo?
—Las cosas iban bien, pero no por nada ese período se llamaba «Paz Armada» ese período anterior a 1914. Las cosas se estaban poniendo mal por la competencia larvada entre Inglaterra y Alemania.
—Usted sostiene que los alemanes siempre subestiman a los demás y que por eso perdieron las dos guerras mundiales. ¿En la primera en qué se equivocaron?
—Ellos creían que iban a ganar y, además, que lo iban a hacer en pocos meses, porque sus enemigos no iban a tener recursos para hacerles frente. E hicieron la guerra en dos frentes, Rusia y Occidente, gran error que repitió Hitler en la II Guerra Mundial.
—¿Se ataron también a un cadáver como era el entonces imperio austrohúngaro?
—Sí. Austria-Hungría fue un estorbo para Alemania más que una ayuda. Un estorbo durante toda la guerra. Y en la II Guerra Mundial a Alemania le volvió a pasar lo mismo con Italia.
—¿Los pilotos fueron lo único caballeresco de la I Guerra Mundial, en la que se estrenaron la aviación, los submarinos, los tanques, las ametralladoras y los gases tóxicos?
—La I Guerra Mundial supuso una revolución en cuanto al armamento . Y creo que los pilotos fueron los únicos que desde el aire pudieron mantener algo de esa lucha caballaresca que era imposible en la infantería, en tierra.
—Acaba de salir una biografía del «Barón Rojo» que trata de demostrar que era casi un «psicópata» del aire.
—Eso es exagerar. Era un noble prusiano muy imbuido de la guerra. Era un excelente piloto, pero también quizá un poco fanfarrón y murió tal vez por eso, por hacer una maniobra que él mismo desaconsejaba a sus compañeros. Y fueron sus enemigos, también pilotos, los que le pagaron el entierro y la lápida.
—España fue neutral, pero Alfonso XIII tenía la guerra en casa.
—Estaba casado con una inglesa y su madre era austríaca. Inglaterra y Austria estaban en guerra y él tuvo que lidiar con todo eso en el Palacio Real. Impulsó una oficina para ayudar a los prisioneros de uno y otro bando.
—La guerra costó 19 millones de vidas. ¿Sirvieron de algo tantas muertes?
—De poco. Humilló al Imperio Alemán y alteró por completo el mapa político de Europa y de Oriente, pero eso no puede decirse que fuera un servicio. Como la II Guerra Mundial fue la continuación de la primera, habría que sumar a esos 19 millones los muertos en la segunda, que fueron muchos más.
—Los soldados fueron carne de cañón: los italianos no querían ir y fueron sin mucho ardor guerrero. ¿Ahora directamente no irían?
—La mentalidad de la gente ha cambiado mucho y probablemente no irían. Pero ahora en Europa se ha impuesto el modelo de ejército profesional.
—¿Los conflictos actuales de los Balcanes y Oriente Medio proceden de la I Guerra Mundial?
—Absolutamente. Provienen del Tratado de Versalles, una chapuza para salir del paso que marcó fronteras artificiales. Se repartieron el imperio turco dejando el conflicto de Oriente Medio y el reparto de los Balcanes, que como dijo Churchill es una zona que produce más historia de la que puede consumir.
—¿Y lo que pasa ahora en Ucrania?
—Es distinto. Tiene más que ver con el hecho de ser un territorio que ha estado colonizado por los rusos desde la época de la Revolución Rusa. Stalin se llevó allí a mucha población descendiente de tártaros e importó allí muchos rusos.
—¿Lo de Ucrania puede llegar a provocar otra guerra europea?
—No lo creo. Las guerras entre grandes potencias ya no son pensables. Pero lo de Ucrania se está agravando por días y aunque no creo que se extienda a otros países va a provocar un terremoto, especialmente entre Alemania y Rusia.
—¿En Cataluña podría pasar algo parecido a lo de Ucrania?
—En absoluto. Los independentistas catalanes nunca llegarán a ponerse en armas. Además dicen que son pacifistas, ¿no? No creo que vaya a haber gran violencia, pero es verdad que la cosa se está complicando.