Jonathas arriba y solidez atrás
El equipo de Fran Escribá destaca desde hace varias temporadas por su entrega y su compromiso en tareas defensivas
Lleva ya más de un año en Primera, y el Elche de Fran Escribá ha logrado que su estilo sea reconocible en la élite. El equipo franjiverde, que rentabilizó al máximo sus goles para proclamarse campeón de Segunda en 2013, apenas varió su propuesta futbolística para luchar por la permanencia en la Liga de las Estrellas. Eso sí, los argumentos que le permitieron pasearse por la categoría de plata sólo sirven en Primera para garantizar sufrimiento hasta la última jornada. El pasado curso encontró recompensa: la salvación. De momento, en el actual, suma nueve puntos, tres más que el Córdoba, rival directo al que recibe mañana (19:00).
Por conocida, la receta ilicitana no resulta fácil de contrarrestar. Cuando un jugador salta al césped del Martínez Valero, sabe que regresará al vestuario exhausto, con sudor en la camiseta, barro en los pantalones y Reflex en las medias. Para superar al equipo de Fran Escribá, hay que ganar esa batalla, la física; pero también hay que mantener la concentración en las acciones de estrategia defensivas y demostrar claridad de ideas en campo contrario, ya que la zaga del Elche no se distingue por conceder ocasiones de gol cuando la exigencia del rival es baja.
Ataque
No todo son virtudes en el conjunto franjiverde, que cuenta con escasos recursos ofensivos. El ataque ilicitano es básico y previsible. Pasalic tiene calidad, pero ni él ni Mosquera se complican demasiado en la sala de máquinas. El 4-4-2 que ha planteado en los últimos compromisos Fran Escribá vive del juego directo. Si Víctor ocupa el puesto de interior izquierdo, mejora el fútbol entre líneas, ya que el ex del Zaragoza tiende a buscar posiciones más centradas. En la derecha, Rodrigues aportaría todo lo contrario: velocidad y desborde por fuera.
Cristian Herrera pelea arriba y complementa a Jonathas, un ariete que apenas tiene puntos débiles. El brasileño convierte en asistencias de gol los despejes de su defensa. Necesita muy poco para generar peligro, bien sea mediante una potente arrancada con el balón controlado o con un desmarque al espacio. Si el «9» mantiene su promedio realizador (lleva 5 dianas) y el cerrojo del Elche permanece echado (un gol encajado en los últimos dos patidos), la salvación franjiverde se acercaría mucho a la realidad.
Defensa
Los laterales Edu Albácar (izquierda) y Damián Suárez (derecha) fueron piezas fundamentales del Elche que logró el ascenso hace dos temporadas. La influencia en el juego de estos hombres de banda se antoja atípica. Cuesta encontrar un equipo en Primera en el que los laterales jueguen un papel tan determinante. Los dos hacen de la contundencia su mejor aval. Difíciles de desbordar y muy fiables, aunque no exentos de velocidad y calidad para participar en el fútbol de ataque. Tanto Albácar como Damián abastecen a los delanteros con un buen número de centros en cada partido.
En el eje, la solidez sigue siendo una máxima innegociable. La pareja que forman Enzo Roco y David Lombán lo ha jugado prácticamente todo. Son los hombres de confianza de Fran Escribá. Dominan casi todas las facetas del juego, si bien es cierto que han sufrido más de la cuenta en el juego aéreo. El Elche es el conjunto que más goles de cabeza (8) ha recibido en lo que va de Liga.
Aunque no toda la culpa debe recaer en los centrales. De hecho, la posición que, hoy por hoy, más intranquilidad transmite a la zaga y a la grada del Martínez Valero es la que ocupa Tyton. El portero polaco, que comenzó como titular la temporada, perdió su puesto en beneficio de Manu Herrera. Sin embargo, una lesión del madrileño volvió a entregar las llaves de la portería franjiverde al arquero cedido por el PSV Eindhoven.
Balón parado
Como suele suceder a la mayoría de equipos de la zona baja, una parte fundamental de los puntos necesarios para mantener la categoría tendrá que extraerla el Elche de la pizarra. Es decir, el balance de goles encajados y anotados en las acciones de estrategia debería ser positivo para aguantar otro año más entre los mejores del fútbol nacional.
Los hombres de Fran Escribá han tomado buena nota de esa máxima, aunque sólo la han puesto en práctica en las áreas rivales. Los centros de Edu Albácar a balón parado y el poderío aéreo de jugadores como Lombán, Roco o Jonathas ya han dado frutos en forma de goles. Pero las cuentas siguen sin salir al cuadro ilicitano: las acciones de estrategia defensivas son su talón de Aquiles. Ya le han costado demasiados puntos.