CRÓNICAS DE PEGOLAND
MISTERIOSDE CÓRDOBA
Siempre tiene que salir un metepatas que aclare que la avioneta es un Antonov quitándole la gracia al asunto
HAY misterios insondables en Córdoba y punto. Por ejemplo, cómo se organiza Manolo para acopiar barriles de cerveza en El Correo o quién se esconde, exactamente, bajo la amenazante figura del chino que se sienta en el aire frente a la puerta del Zara de Gondomar. Porque no me dirán ustedes que el chino no da canguelo del bueno. Y lo del lago de las Tendillas, pero ahí me acuso, no lo volveré a hacer, seóra. Y reconozco que hay cosas que no se deben tocar porque están bien así, como Ricardo Rojas de concejal, que si no a ver a quién íbamos a conocer en el Ayuntamiento.
Sí, lo digo por la avioneta de marras que una de cada dos noches nos ameniza los primeros sueños o el cigarrito previo al jesusito de mi vida. Yo, que soy muy del Twitter a pesar incluso de los hartibles de Podemos —todo el día dale que te pego con el coletas—, me lo paso teta con el ingenio del cordobés de a pie cada vez que pase la aeronave con la aeromoza por encima de la azotea del ático, camino de quién sabe dónde. Porque lo que tiene todo el punto es no saber, imaginarse, dejar que la gente diga sus cosas.
Pues la cosa tenía una gracia de la muerte cuando era misteriosa y se podían hacer chistes sobre Monago o del hachís que llevaba el aparato de vuelta del moro. Y, además, tenía su punto si era cosa de los militares americanos o de los nacionales, si es que les queda pasta para el queroseno del aparato tan relevante.
Hasta que llega la verdad oficial y la fastidia. A estas que llama la gente de Primo Jurado y te aseguran que es un Antonov, el avión ruso que sale en las películas de la guerra de Afganistán, con Rambo alentando a la yihad rodeado de futuros miembros de las fuerzas talibán.
Porque el Gobierno debería abstenerse de intervenir en estas cosas. A Vic le salen chistes como el de hoy —en realidad, es la avioneta de un parcelista a la que le han quitado los puntos del carné— porque la cosa de la avioneta es un misterio. Y los misterios se respetan porque, la verdad, prefiero un fiero traficante de cosas o un agente secreto de la CIA a un mero Antonov, que viene a ser como el trailer del vecino Paco pero volando. De lo que se tarda en dar una versión creíble sobre un aparato que pesa muchos miles de kilos volando sobre nuestras cabezas, igual hablamos otro día, subdelegado.
Sinceramente, no me creo que sea un Antonov aunque tengo la total certeza de que fue Kubrick quien rodó las escenas del hombre en la Luna y que antes o después saldrá Elvis y nos dirá que todo lo suyo fue cachondeo. Para entendernos, yo creo que Manolo el del Correo tiene un pasadizo secreto para guardar la birra y que el chino cualquier día nos da una sorpresa. O sea, que prefiero la vida antes de la versión oficial y que no sé a Primo Jurado quién le ha dado vela en este entierro ahora que estábamos tan agustito.