EJÉRCITO IRREPROCHABLE, ABSURDA POLÉMICA
UNAS declaraciones del Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), Jaime Domínguez Buj, han suscitado un escándalo interesado y oportunista por parte de quienes pretenden tergiversar palabras y hechos. El JEME dijo algo tan prudente y sensato como que «a todos nos duele España», una referencia fácilmente identificable con la Generación del 98. Añadió también «tenemos un futuro mejor juntos», un planteamiento que es –o debería ser– compartido por todos los que rechazan las posiciones separatistas. De forma impecablemente constitucional, añadió que la solución para el tema catalán no es la fuerza, sino «ganarse los corazones y las mentes de los españoles», dejando muy claro que las Fuerzas Armadas están a las órdenes del Gobierno legítimo de la Nación española. La reacción desmesurada del PSOE muestra la falta de sensatez de alguno de sus actuales dirigentes. Por supuesto, los soberanistas intentan llevar el agua a su molino imaginando un ruido de sables que no existe ni remotamente. Pero es inaceptable manipular las declaraciones de un alto mando del Ejército echando gasolina al fuego en una materia tan sensible. Cualquier defensor de la España constitucional puede compartir esas reflexiones, producto de una lógica preocupación ante el desarrollo de unos acontecimientos que ponen en riesgo los consensos básicos de la Transición.
El papel impecable de los Ejércitos merece el máximo respeto y así lo reflejan las encuestas sobre valoración social de las instituciones. Las Fuerzas Armadas, lejos de ser un problema, son garantes del orden constitucional, paradigma de entrega a España (sus integrantes son los únicos funcionarios dispuestos a dar su vida por ella), que han dado ejemplo de austeridad y respeto escrupuloso a la ley. Es triste que partidos que no hacen otra cosa que buscar terceras y rodear la Constitución (para dar imposible satisfacción a los nacionalistas) la emprendan contra un servidor del Estado que se limita a leer lo que en ella pone.
