TESIS UNIVERSITARIA

La leyenda del «lago de las Tendillas», en un libro

Emacsa publica la investigación de Guadalupe Pizarro sobre el acuífero misterioso

La leyenda del «lago de las Tendillas», en un libro Valerio merino

r. ruiz

En Córdoba, a todos los niños le cuentan que bajo la plaza principal, las Tendillas, existe un lago misterioso y mágico qye pocos dicen haber visto. Pero esas realidades son científicas, se investigan. Y la empresa de aguas local, Emacsa, va a publicar lo más completo que existe sobre la materia.

El estudio de la arqueóloga Guadalupe Pizarro, de la Universidad de Córdoba, titulado «El abastecimiento de agua a Córdoba. Historia y Arqueología» es uno de los tratados más completos sobre la materia. Donde se aborda el mito pero también la realidad de cómo ha llegado el agua tradicionalmente a la ciudad.

Uno de los planteamientos del estudio es que el famoso lago de las Tendillas es en realidad un acuífero que se lleva explotando desde tiempos de los romanos.

En realidad, lo que se aborda es que Córdoba está donde está porque se utilizó un lugar vadeable del Guadalquivir con abundantes aguas en el subsuelo para suministrar a la población de la colonia romana. Y acuíferos como el de ese famoso lago, afirma la investigadora, han sido fuente de vida para una ciudad bimilenaria.

Todas las culturas que han pasado por la ciudad, explica la investigación, han explotado ese acuífero, ese famoso lago en concreto, por medio de pozos y de alcubillas que hoy se han convertido en entradas secretas, mitos a explorar por investigadores.

Se conoce, por ejemplo, cuál es la caída de las aguas y a qué zonas y conventos daba servicio ya en la etapa cristiana de la ciudad o que en la época musulmana existía una fuente de gran belleza para disfrutar de sus aguas.

El estudio es un recorrido de una ciudad antigua por cómo se llenaron los botijos, de dónde aparecía un elemento líquido. También, por lo que se pudo hacer y no se hizo. O por cómo el poder de cada momento condicionó la explotación del agua.

La presencia del lago de las Tendillas, como leyenda, puede datar de los años 20 del siglo pasado aunque las realidades objetivas forman parte de la historia de la ciudad.

Todos los caminos llevan a la calle Juan de Mena o, en su defecto, a la actual iglesia de la Compañía. Y a un contexto. La forma en la que la Córdoba musulmana abastecía de agua a sus habitantes mezclando pozos privados con canalizaciones.

El trabajo de investigación asegura que la bolsa de agua de las Tendillas (otra hipótesis es que sea la de la Fuenseca) pudo ser uno de los manantiales más importantes de la Córdoba de la época con el nombre de ‘Ayn Farqad. Se presume que tuvo hasta fuente ornamenta.

La bodega de la casa del agua de Juan de Mena fascina desde hace décadas. Sobre todo, desde que se produjo la visita de los investigadores Manuel Salcines, Manuel Ocaña, el ingeniero Juan Chastang y el periodista Sebastián Cuevas en 1981.

Con 93 años, Chastang asegura que profundizaron hasta donde fue seguro y que nunca se indagó más por falta de presupuesto aunque no hay más misterio que el de la geología y el de una ciudad con la capa freática en estado superficial.

«Sus aguas están quietas, no parecen discurrir hacia ningún punto». afirma el trabajo de esta investigadora que ahora verá la luz pública y que intenta aclarar con raciocinio e investigación científica la leyenda del lago de las Tendillas.

La leyenda del «lago de las Tendillas», en un libro

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