Alaya, Chaves, Griñán y los Ere
El mayúsculo escándalo de los ERE, en Andalucía, en donde está metido hasta el apuntador, sigue dando mucho que hablar, y lo que queda. Ya no se trata de cuatro golfos como dijeron desde las instancias de la Junta, cuando empezó a conocerse los tejes y manejes del régimen socialista en relación con este caso, sino que ya van más de 200, sin contar a los aforados. Ahora el Tribunal Supremo ha admitido a trámite el investigar a Chaves y Griñán, sobre su presunta participación en el mismo.
Los mismos, ante esta disyuntiva, se han apresurado a manifestar que quieren declarar voluntariamente. Se creen que quizás con esto van a impedir su imputación, que será lo más seguro que pase. Porque si estos personajes de verdad hubiesen querido declarar y no tuviesen nada que ocultar, ya lo hubieran hecho hace tiempo, ante la instructora del caso. Pero que es lo que hicieron, salir en estampida, uno al Congreso, el otro al cementerio de elefantes que constituye el Senado.
Alaya, Chaves, Griñán y los ERE están ya tan unidos como el agua a la vida. Por mucho que quieran proclamar su inocencia, por mucho que quieran decir que ellos no se enteraban de nada, la mayoría del pueblo soberano, no los va a creer (y el que suscribe el primero). Y ahora viene la pregunta del millón: ¿Si Chaves y Griñán son imputados, Susanita Díaz tendrá el valor suficiente para expulsarlos del partido, tal y como ella misma ha manifestado? Me temo que antes veo que a las ranas le crezcan pelos.
Porque una cosa es lo que dicen estos paniguados, y otra muy distinta lo que hacen. Si por la Junta de Andalucía fuera, la juez Alaya hace tiempo que hubiera dejado de instruir este caso. Porque los ataques a la misma han sido bestiales, sobre todo por parte de Emilio de Llera, el cual no ha dejado de poner palos a la rueda. No, que no intenten engañar a nadie, ya llevan más de 30 años haciéndolo, lo que pasa es que esta vez han dado con un hueso muy pero que muy duro de roer. Y ese hueso se llama Mercedes Alaya.