La liquidación de Marín-Hilinger pone fin a la Ronda Norte privada
El Ayuntamiento se queda sin tener a quien reclamarle los diez millones que cuesta acabar la obra y terminar la urbanización de Mirabueno

LA liquidación de la promotora Marín-Hilinger dejará a la Gerencia Municipal de Urbanismo sin tener a quién reclamarle la mayor parte de los diez millones de euros que cuesta acabar la Ronda Norte privada, una actuación que fue paralizada en el año 2008 cuando se encontraba al 40 por ciento de su ejecución. El organismo municipal, que tiene abierto un expediente para intentar cobrar lo dice que se le debe, deja también en el aire la finalización de la urbanización de Mirabueno, cuyas licencias fueron condicionadas a la ejecución de una serie de infraestructuras visibles (una pasarela, jardines) y no visibles (equipamiento eléctrico) cuya viabilidad resulta hoy menos clara que nunca. Marín-Hilinger se había comprometido a terminar esas obras si salía del concurso. Desde ayer se sabe que la empresa será liquidada para intentar que sus acreedores cobren algo de lo que pusieron en la empresa.
Marín-Hilinger fue una de las grandes promotoras de Córdoba, cuya trayectoria arrancó mucho antes del boom del ladrillo. Y el proyecto de Mirabueno —técnicamente, el plan parcial N-1— fue su canto del cisne. La Ronda Norte privada es la huella urbana que ha quedado de la quiebra, una de las primeras del sector, en la forma de una carreretera a medio hacer. Se llegó a levantar un paso elevado en la zona de Fuente de la Salud que solo ha servido para guaracer a los campamentos que, ocasionalmente.
La Ronda Norte privada, de dos kilómetros y medio, era una contraprestación del promotor a la creación del barrio de Mirabueno para garantizar la viabilidad de la zona. Consistía en una vía de alta capacidad para dar salida a todo el distrito Norte hasta la Ronda Este. El Plan General de Ordenación Urbana estableció que era un sistema general que tendría que ser financiado por el promotor de la zona a costa de los beneficios que le iba a reportar la venta de las viviendas.
Permiso de habitabilidad
Marín-Hilinger optó por urbanizar la zona a la vez que se levantaban los chalés y adosados. En paralelo, inició la construcción de la Ronda Norte privada cuyas actuaciones se paralizaron un mes de agosto cuando la crisis inmobiliaria empezó a enseñar los dientes. Urbanismo, entonces en manos de IU, empezó a dar plazos a la promotora para no ejecutar el aval que se había colocado para asegurar que las obras, todas, se llevasen a cabo. La caución ascendía al cien por cien del presupuesto de ejecución material. Legalmente, esas actuaciones tendrían que haberse acabado antes de la concesión de los permisos. Urbanismo decidió, ante la presión de la promotora, permitir la ocupación de las viviendas ligadas a la obligación de concluir los servicios anexos. Ahora resulta muy complejo dar marcha atrás en esa decisión sin dañar los intereses de los propietarios de las viviendas, que alegan la buena fe en la firma de los contratos de compraventa. Un informe de Urbanismo llegaba a alergar en su día de la imposibilidad de conectar más viviendas a la red ante la insuficiencia de los transformadores que se instalaron en la zona.
Durante el mandato anterior, Urbanismo pasó muy tarde de las palabras a los hechos. La promotora hizo todo lo posible por evitar la ejecución del aval y la entidad financiera, Cajasur Banco, decidió llevar el caso a los tribunales alegando cuestiones formales. El banco ganó el pleito, Urbanismo devolvió el dinero y la Ronda Norte entró en vía muerta.
El PP optó por no dejar morir el expediente desde el gobierno municipal. Cerró un acuerdo de no agresión con Cajasur pero optó por reclamarle la cantidad a todos los miembros de la junta de compensación de Mirabueno, que son Marín-Hilinger, ADIF, Hacienda y la agencia de vivienda de la Junta de Andalucía. En total, 12,4 millones de euros de los que 11,9 corresponden íntegramente al promotor de los terrenos. Un recurso del administrador ferroviario ha paralizado la ejecución de la cantidad hasta tanto un tribunal de lo contencioso se pronuncie sobre el fondo del asunto. Los propietarios minoritarios de suelo ya han advertido que en ningún caso pretenden pagar pacíficamente por la construcción de un equipamiento derivado de un negocio en el que no llegaron a participar de forma relevante.
Acsa, empresa contratista de los terrenos, nunca llegó a cobrar los trabajos que realizó en la Ronda Norte. Desde entonces, pleitea para que Urbanismo se haga cargo de los abonos a costa del dinero que pudiese ingresar de Marín-Hilinger. Todos sus intentos han sido negados.