Doña Pilar «Seguro que el ‘‘pequeño Nicolás’’ aparece en el Rastrillo»

La Infanta lleva 45 años impulsando el mercadillo de Nuevo Futuro. Todo lo recaudado se destina a niños sin hogar

MARTÍN BIANCHI

«Acuérdense de los salmones para el Rastrillo de Doña Pilar», fue la última orden que dio José Daurella antes de morir. Solo dos días después, el pasado 16 de octubre, el consejero fundador de Coca-Cola España y uno de los hombres más ricos de nuestro país fallecía a los 88 años. Ese gesto resume el inmenso apoyo con el que cuenta la Infanta Doña Pilar de Borbón, presidenta de honor de Nuevo Futuro, a la hora de recaudar fondos y recursos para su asociación solidaria. «Se acordó de nosotras en sus últimas horas. No hay palabras para agradecerle. Los españoles son tremendamente generosos. Hay que atreverse a pedir, yo cada vez que pongo la mano me cae algo», reconoce la tía de Felipe VI en un encuentro con ABC en la cima del Edificio Telefónica, en una sala con vistas maravillosas al Palacio Real.

La Duquesa de Badajoz lleva 45 años pidiendo para los niños de Nuevo Futuro, ONG que solo el año pasado proporcionó un hogar a 763 menores sin techo ni familia en nuestro país. «Empecé a trabajar en este proyecto en 1969 y estaré hasta que Dios quiera», dice. Durante estos años, Nuevo Futuro ha creado once hogares en España, Portugal, Colombia, Santo Tomé, Perú y Senegal que ya han brindado asistencia a más de 7.000 menores.

El tradicional Rastrillo, que este año se celebra en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo de Madrid entre los días 21 y 30 de noviembre, es la mayor fuente de ingresos de la ONG. «Empiezo a escribir cartas en junio para que la gente se anime a participar. Y después, a partir de enero, empiezo a dar las gracias. Envío más de doscientas cincuenta», explica. Y a la Infanta nadie le dice que no.

—¿La crisis golpea al Rastrillo?

—El peor miedo lo pasamos en 2008. Pero ya en 2009 notamos una mejoría. Mejoramos porque metimos a los que llamamos «los chicos de oro», que son unos señores medio jubilados y con mucha experiencia en gestión que nos están ayudando una barbaridad.

—Más de 30.000 personas visitan el mercadillo. ¿La gente gasta menos?

—Gastan distinto, pero al final siempre alcanzamos la misma cifra. Pese a la crisis, sobrevivimos y damos gracias a Dios.

—Mucha gente visita el Rastrillo para ser atendida por nobles y famosos...

—Van a ver y ser vistos. Hay de todo, como en botica. Este año María Teresa Campos va a jugar al gim-rummy en el casino. Yo ahí no entro porque juego muy mal a todo. En cambio mi hija Simoneta (Gómez-Acebo) nació con el as de picas en la palma de la mano.

—¿Este año asistirá Doña Letizia?

—No tengo ni idea. Pero por supuesto que la invitaré. Viene todos los años y, si la prensa la deja en paz, compra. Yo les digo a los periodistas: «Vosotros retiraos que me fastidiáis el negocio». Porque Letizia compra muy bien, suele buscar regalos de Navidad. Estoy deseando que venga.

—¿Y su hermano Don Juan Carlos?

—A saber. Todavía está un poco incómodo si anda mucho. Además, con tantas señoras en un mismo sitio los señores como él se repuchan un poco. A mi hermano le gustan las cosas un poco más reducidas, más íntimas.

—Hablando de su hermano, ¿ha visto la miniserie «El Rey» que ha emitido Telecinco?

—Mire, mala es poco. Para empezar a hablar, sacan a un niño con ojos azules cuando mi hermano los tiene marroncitos como todos nosotros. Dejé de verla. La primera parte no estaba mal y lo demás era un cuento chino maravillosamente inventado.

—Se emitieron testimonios de Olguina de Robilant y María Gabriela de Saboya, las primeras novias de Don Juan Carlos.

—Olguina fue un amorío de verano como todo el mundo ha tenido con 18 años. Aquí le han dado una importancia desmedida. María Gabriela le gustó de verdad, pero ella le dijo que no. Y Franco no tuvo nada que ver. Yo estaba la noche que él le pidió matrimonio. Me hubiera encantado que se casara con mi hermano, pero no le gustaba lo suficiente. Entonces él se puso a buscar en otro lado...

—Y encontró a Doña Sofía.

—Una Reina maravillosa. Nunca nadie le agradecerá lo suficiente en España lo que ha hecho por la música.

—¿Pasará la Navidad en La Zarzuela?

—Yo solo voy a La Zarzuela el día 25 a almorzar con mis hermanos. Iré con mi hijo Juan, que es padre de un niño amoroso, el pequeño Nicolás.

—¿El «pequeño Nicolás»?

—Sí, es como un angelito de Murillo pero rubio platino. Es de mono y simpático... habla medio español, medio inglés.

—Cuidado con llamarlo «pequeño Nicolás», que hay un supuesto estafador suelto que responde a ese apodo.

—(Risas) Mi nieto es el único pequeño Nicolás para mí. Con el otro hay que tener mucho cuidado, que seguro aparece en el Rastrillo. Seguro que aparece.

Doña Pilar «Seguro que el ‘‘pequeño Nicolás’’ aparece en el Rastrillo»

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación