«Gil y Gil pidió al Atlético que perdiera contra el Español»

Futre desvela un amaño en el duelo de la Liga 1990-91 para salvar al club catalán

JORGE A. MORENO

Con el Levante-Zaragoza de 2011 en el ojo del huracán e inmerso el fútbol español en la polémica por la investigación sobre el presunto amaño de partidos, una figura de renombre que militó en la Liga ha echado más leña al fuego. El portugués Paulo Futre, ídolo de la afición del Atlético de Madrid, al que defendió en una primera etapa entre 1987 y 1993, afirmaba ayer en una entrevista en el diario «Récord» que Jesús Gil y Gil, entonces presidente rojiblanco, pidió a sus futbolistas que no ganaran al Español en el último encuentro de la temporada 1990-91. El conjunto catalán, dirigido aquel curso por Julio Pardo Padrós, necesitaba vencer para evitar tener que disputar una promoción de permanencia. Los blanquiazules sumaron los puntos (3-1) y continuaron en la élite.

«Cuando estábamos en el hotel, en Barcelona, el presidente vino hacia mí y me dijo: "No podemos ganar hoy. Dile a tus compañeros que no corran". Fue la única vez que me ha pasado algo así», explicaba Paulo Futre en la entrevista concedida al diario deportivo luso, que ayer publicaba un amplio reportaje titulado «Las mafias de las apuestas».

Con el Barcelona como campeón, aquel partido ante el Español resultaba intrascendente para un Atlético que llegaba con el segundo puesto asegurado. Según la versión de Futre, que fue capitán y conquistó dos títulos de Copa con los rojiblancos, Gil y Gil había llegado a un acuerdo con los dirigentes españolistas por el que, si no vencían, podrían «fichar» a un jugador blanquiazul la siguiente campaña. Sin embargo, ni en el curso 1991-92 ni en el siguiente se produjeron traspasos entre ambos clubes.

El exjugador rojiblanco se negó a la petición y su respuesta a Jesús Gil y Gil fue contundente: «Así no quiero jugar, vas tú y se lo dices». ¿Qué pasó entonces? «Antes del pitido inicial, Gil entró en el vestuario y le dijo al equipo que no podíamos ganar», recordaba. «Yo en ese partido ni siquiera estaba en el banquillo –continúa Futre en su explicación–. Mis compañeros no se atrevieron a negarse porque él era el que pagaba los salarios y amenazó a todos con despedirlos si no estaban de acuerdo».

Los dos puntos sumados aquel día por el Español con su triunfo, unidos a su derrota en Cádiz (2-1), condenaron al Zaragoza a jugar una promoción de permanencia ante el Murcia.

«Gil y Gil pidió al Atlético que perdiera contra el Español»

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