El derbi provincial resucita al Córdoba B
El Lucena cae en El Arcángel, encadena seis partidos sin ganar y termina la jornada en la zona de descenso
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Mucho más que tres puntos. Algo más que un derbi. El Córdoba B y el Lucena se jugaban ayer un puesto de descenso. Perder suponía pisar las arenas movedizas de la zona baja de la tabla para cualquiera de los dos conjuntos, que además llegaban a la cita en el peor momento de la temporada, después de cinco partidos sin ganar. Quizá por eso se encaminó el duelo hacia el empate. No fue fácil de desbaratar la igualada. Sólo una acción individual de José Fran propició que cayese la balanza del lado califal. Los visitantes perdonaron sus oportunidades más claras y lo acabaron pagando.
José Antonio Romero y Juan Arsenal presenciaron durante el arranque exactamente el mismo encuentro que habían imaginado durante la semana: una batalla de desgaste por el control del círculo central. Allí se apelotonaron jugadores de ambos equipos. Derroche físico para conquistar cada centímetro de césped. Pases horizontales que destilaban miedo. Fútbol espeso, demasiado riguroso. Si bien el reparto de puntos no mejoraba en nada la situación en la tabla de los contendientes, quedó claro desde el principio que nadie quería perder el control.
Los 22 jugadores tuvieron prohibidos los fallos. Mínimo riesgo. El partido tenía que durar 90 minutos; no desnivelarse antes de tiempo como consecuencia de un error evitable. Ni siquiera el recuperado Damián Petcoff, uno de los futbolistas a los que más ha echado de menos el Córdoba B durante las últimas jornadas, lograba resolver el atasco. Las ocasiones, repartidas en ambas áreas, fueron producto de los pocos duelos individuales en los que salieron victoriosos los atacantes sobre los zagueros.
Los más veteranos comprendieron pronto que no había otro camino hacia el gol. Había que aprovechar emparejamientos más favorables, y el Lucena buscó a Pepe Díaz con insistencia durante el último cuarto de hora de la primera mitad. En el minuto 39, gracias a un hábil desmarque, se plantó solo el delantero de Almodóvar frente a Jon Villanueva. Eligió un disparo raso con la zurda el punta celeste, pero mandó el esférico unos centímetros a la derecha de esa portería del fondo norte de El Arcángel que tantas veces le permitió celebrar goles como cordobesista. Un susto que hizo reaccionar a los de casa.
Blanquiverdes y lucentinistas firmaban tablas al descanso, pero habían ganado durante 45 minutos mucha confianza en sí mismos. Necesitaban demostrar temple, y cumplieron con su deber. Habían sabido madurar el partido y lo dejaban todo en el aire para una segunda mitad en la que el corsé táctico dejó de asfixiar. Aún apretaba, pero se soltó el Córdoba B e imprimió un ritmo mucho más vivo a todas sus acciones. Así pisó cada vez con más peligro el área defendida por un Javi López al que se le empezaba a acumular el trabajo. Cristian rozó a la contra el 1-0. Dani Hernández reclamó penalti poco después. Y, en el minuto 68, José Fran obtuvo premio. Arrancada en diagonal y lanzamiento preciso que se coló junto a la cepa del poste. El Lucena no perdió los papeles. Incluso durante los momentos de mejor fútbol califal, no había llegado a difuminarse la presencia en campo contrario de Pepe Díaz. Confiaron los hombres de Juan Arsenal en una ocasión que terminaría por llegar. La tuvo Pato, que remató solo en el segundo palo, pero estrelló el balón en Toscano cuando Jon Villanueva ya se preparaba para recoger el balón de las redes.
En un partido tan estricto, malograr ese tipo de oportunidades suele acarrear una penalización importante. El Lucena, que ya cuenta seis jornadas sin victorias, se fue de vacío y permitió al Córdoba tomar impulso en la clasificación. El filial, con calidad y armas impropias de un conjunto amateur, sale muy reforzado del derbi.