Elche fue la primera gran marea blanquiverde

Acababa de empatar el Córdoba ante el Elche a cero en el Martínez Valero y en el anillo superior se desató la locura. 12.000 aficionados blanquiverdes hicieron una celebración preventiva del ascenso a Segunda cuando todavía quedaban 6 puntos por disputarse de la fase de 1997 .

Y es que el Córdoba encabezaba el grupo de la liguilla con 8 puntos, tres de ventaja sobre un Elche al que se tenía como más temido rival quedando dos enfrentamientos contra el Deportivo B. Por eso, no fue de extrañar que Rafael Gómez , entonces presidente del Córdoba, saliera con sus jugadores al terreno de juego para darse un baño de multitudes . Porque el mandatario fue aclamado por una afición ilusionada en un proceso de regeneración del cordobesismo, como sucedió con los Torres, Quero o Viña, otros de los ídolos del momento.

Sin embargo, una semana más tarde llegó el batacazo del Deportivo B, aquel 1-4, en El Arcángel y se cambiaron las tornas. El Elche llegó con ventaja a la jornada final y no desaprovechó su oportunidad. De hecho, el equipo que entrenaba entonces Ciriaco Cano se llevó el premio a su constancia.

Pero ese 15 de junio se convirtió en una especie de prolongación de feria. La primera de las muchas mareas blanquiverdes que vinieron después en episodios conocidos como Getafe, Leganés, Pontevedra, Huesca o el último de Murcia . Una ciudad y una provincia se volcaron en un hecho sin precedentes. Por si no fuera bastante, fue en un partido de Segunda B que congregó a más de 30.000 espectadores en un estadio con la etiqueta mundialista.

En aquella ocasión, Rafael Gómez, empresario de éxito, s ufragó el gasto de los 100 autocares, así como fletó dos trenes hasta Alicante , mientras que el resto viajó en coches particulares provocando una caravana interminable de coches en dirección a la ciudad de las palmeras. Además, colaboró la Diputación Provincial con el pago de todas las entradas y otras empresas donaron productos para el almuerzo de los seguidores. Por lo tanto, una tarde de gloria, aunque dos semanas después se quedó en Elche.