En busca del «centro» andaluz
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Expertos sitúan en un área que engloba a 7 municipios del sureste de Córdoba la centralidad geográfica de Andalucía. Una marca atractiva que ya registró Cabra en 1996
¿Cuál es el centro geográfico de Andalucía? La pregunta no es baladí, puesto que es un orgullo llevar esta marca para cualquier municipio andaluz. Pero la respuesta no parece sencilla a simple vista. Ni tan simple como coger un mapa geográfico de la región y una regla y cruzar medidas y rectas.
Mucho se ha hablado de este asunto siempre. Antequera, verdadero nudo logístico de Andalucía por el que pasan carreteras y sistemas ferroviarios, siempre ha ocupado un lugar estelar en este debate, aunque con mayor precisión topográfica, queda lejos de esa condición.
Otra forma de verlo es empleando la fisonomía humana y agregarle la etiqueta de «corazón» de Andalucía a muchos municipios por su centralidad, su abolengo histórico en las provincias de interior por un cruce de caminos en la confluencia de Málaga, Córdoba, Sevilla, Jaén y Granada. Nada riguroso, por otro lado.
Cierto es que desde el primer tercio del siglo XX y gracias a la labor divulgadora del geólogo gerundense Juan Carandell y Pecaray, que impartía clase en el Instituto Aguilar y Eslava de Cabra, comenzó a tomarse en serio la aseveración de que la Sierra de Cabra, el conocido como Picacho, entrada a las Sierras Subbéticas, era ese centro geográfico. Un congreso organizado por Carandell en Cabra allá por 1925 y su conferencia titulada «La Sierra de Cabra, centro geográfico de Andalucía» sirvió para que otros geólogos consideraran esta estribación de 1.215 metros de altura sobre el nivel del mar como«la atalaya que constituye el centro geográfico andaluz».
Pero, ¿cómo calcular este punto? Manuel Castro Casas, presidente-delegado territorial de Andalucía del Colegio de Ingenieros Técnicos en Topografía, pone una serie de cautelas. Un problema común, por ejemplo, al que ya han tenido hasta en Estados Unidos para averiguarlo, curiosamente.
«La determinación del centro geográfico de un área irregular sobre la superficie de la Tierra es, por principio, algo complicado», matiza Castro, que remite a las consideraciones del Instituto Geográfico Nacional, autoridad competente en la materia.
«De las distintas técnicas que pueden emplearse para determinar este centro, encontrar el centro de gravedad puede ser una de las más intuitivas», incide este topógrafo, quien matiza que «resulta fácil de realizar en figuras regulares, como polígonos o círculos, pero si topamos con figuras carentes de simetría, como puede ser el perímetro de Andalucía, es dificultoso».
No obstante, para intentarlo es clave el empleo de una base cartográfica adecuada para ser tratada con herramientas de software propias de técnicas geomáticas, explica el responsable de los ingenieros topógrafos andaluces. «Y seguramente obtengamos distintas soluciones según los algoritmos de cálculo que cada aplicación informática emplee para determinar el centroide del contorno cerrado de la región andaluza», agrega. Los resultados serán dispersos, pero por métodos estadísticos «podemos establecer un área dentro de la cual estaría localizado el Centro Geográfico de Andalucía al cien por cien de probabilidad».
Este entorno, según Manuel Castro, estaría localizado «sin duda» al sur de la provincia de Córdoba afectando «en mayor o menor medida» a los términos municipales de Cabra, Monturque, Moriles, Montilla, Aguilar, Puente Genil y Lucena.Un privilegio compartido, sin duda.
Y aquí es donde puede decirse que hay algunas localidades que pueden haber tomado la delantera. Según la Oficina de Patentes y Marcas de España, en marzo de 1996, el Ayuntamiento de Cabra solicitó registrar la denominación «Cabra, Puerta de la Subbética y Centro Geográfico de Andalucía». Todo ello, sabedores sus responsables, con el historiador y novelista José Calvo, entonces alcalde del municipio egabrense, de aquellas impresiones geológicas de Carandell.
Aquella solicitud fue aceptada, según la documentación a la que ha tenido acceso ABC. El uso que pretendía el Consistorio de aquella marca estaba claro: restringir de manera exclusiva el uso de esa marca en cualquier comunicación escrita, grabada, publicitaria o comercial —cualquier ámbito empresarial, incluso para exportaciones—, organización de eventos, ferias, etcétera. Incluso se dispone de un anagrama de varios colores (negro, blanco, verde, amarillo y rojo) con la silueta de la Sierra egabrense y un tejado. La búsqueda por el cetro geográfico no ha hecho más que empezar.