Mucho más que una victoria en Málaga

Vence con goles de Fidel y Florin y deja muy buenas sensaciones

Mucho más que una victoria en Málaga ÁLVARO CABREA /EL SUR

JAVIER GÓMEZ

Juan Carlos

Gunino

Iñigo López

Iago Bouzón

Pinillos

Deivid

Abel Gómez

Fede Cartabia

Borja

Fede Vico

Xisco

También jugaron Saizar, Fidel, Florin, López Garai, Silva y Caballero

GOLES

0-1, m. 49: Fidel.

0-2, m. 89: Florin.

EL ÁRBITRO

Melero López (Colegio andaluz). Amonestó a los locales Casado, Weligton; y al visitante Iago Bouzón.

INCIDENCIAS

La Rosaleda. 14.000 espectadores. Amistoso con motivo del día de la provincia del Málaga CF. Cayó un auténtico diluvio durante todo el partido.

Aarón

Miguel Torres

Weligton

Angeleri

Casado

Recio

Darder

Duda

Portillo

Rescaldani

Luis Alberto

También jugaron Juanmi, Samuel, Boka, Pablo e Iván.

Es una simple victoria en un partido amistoso. Pero para el Córdoba, el triunfo de anoche ante el Málaga (0-2), en medio de un diluvio, significa mucho más que una victoria. Los goles de Fidel y Florin (0-2) dieron una merecida victoria que puede y debe servir como punto de inflexión en la Liga. No sólo por el resultado. El equipo transmitió muy buenas sensaciones, especial y claramente en la segunda mitad.

El Córdoba B venció justamente. El conjunto de Djukic progresa. Mantuvo la solvencia defensiva que ha demostrado en sus partidos en casa ante Real Sociedad y Deportivo de la Coruña, pero también dio el paso al frente ofensivo que se espera, sobre todo tras el descanso. Ganó desde el orden y porque fue mejor. Un paso adelante. Quizás tímido, pero fundamental para la confianza del grupo.

Miroslav Djukic cumplió con su palabra de que se tomaba el partido como un encuentro más de Liga. Muy pocas pruebas tácticas o de nombres en la alineación, salvo las obligadas por las bajas de los internacionales (Ghilas, Ekeng y Matos) o por lesión (Campabadal, Crespo, Panti y Rossi). El Córdoba partió con tres centrales entre los titulares, aunque ahí llegó el único ensayo del serbio. El técnico probó a Deivid como pivote defensivo, aunque luego era el encargado de sacar el balón jugado e incrustarse entre López y Bouzón cuando los blanquiverdes atacaban. Un 4-4-2 en defensa que se convertía en un 3-3-3-1 en ataque, con Gunino y Pinillos como carrileros y más libertad para Cartabia y Vico.

Los nuevos ingredientes y los que ya estaban de la Liga dieron motivos para observar cierta reacción. Al menos, va encontrando una tímida seguridad defensiva. El Málaga, también muy mermado por las ausencias de sus internacionales (hasta seis), no le hizo daño ni le creó peligro. Nada que ver con el baño en El Arcángel que acabó con la era Ferrer en el banquillo.

Pero, en ataque la misma lentitud y falta de claridad que siempre en la primera mitad. Luego, se solventó. El arreón malaguista de inicio se diluyó con sólo un disparo de Rescaldani a los diez minutos. A partir de ahí, las fuerzas se equilibraron. El Córdoba incluso se atrevió a manejar algo más el balón que el rival. Una posesión estéril. Apenas generó una ocasión en un excelso pase de Borja que Xisco, muy lento, no supo definir.

Quizás llegó mejor el Córdoba al intermedio. Sin alardes. Por pura estética territorial, salvo un par de disparos lejanos de Borja García y Gunino que hicieron ver que Aarón estaba en la portería del rival. Sin embargo, el Málaga intentó replicar con un lanzamiento de falta directa de Duda que se marchó alto al borde del descanso.

En la reanudación, los de Djukic se hicieron con el mando. De la posesión y de las ocasiones. La entrada de Saizar en la portería y especialmente de Fidel y Florin revitalizaron las ideas ofensivas. El onubense está en su mejor momento. El rumano dejó detalles para ganarse un hueco.

Fidel aprovechó una acción de Cartabia para marcar el 0-1 (m. 49). Eso fortaleció las ideas visitantes. Se plantó seguro atrás. No pasó apuros. Ni la entrada de Juanmi y Samu reactivó a los locales. El Córdoba salió con peligro y descaro a la contra. Por fin fue veloz arriba. En los mejores momentos, el serbio retiró a Cartabia, que volvió a brillar, y dio minutos a Caballero. Saizar salvó el empate en una acción aislada y Florin sentenció (0-2). Hay motivos de esperanza.

Mucho más que una victoria en Málaga

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