La gallina y Pablo Iglesias
Al igual que el pulpo Paul, utilizado como oráculo en la Eurocopa de futbol de 2008, el programa «El Hormiguero» de Pablo Motos ha dejado en el pico de una gallina la «responsabilidad adivinatoria» de decidir si Pablo Iglesias sería o no el próximo presidente del gobierno. Se ignora si la gallina había leído la reciente encuesta del CIS, pero ha vaticinado que el «académico de la coleta», como así lo definen en EE.UU. (los yanquis, por desgracia, no distinguen entre un profesor y un académico), fijará su domicilio en la Moncloa (para quedarse al menos cuatro años), en las próximas elecciones. ¡Por supuesto ya hay quien le da a la gallina incluso más credibilidad que a la encuesta del CIS! El ave tenía que elegir entre dos comederos llenos de trigo con los rótulos de «Sí o No», y sin titubeo, picó en el del sí. Obviamente, aparte del mero carácter aleatorio, existía una burda trampa. Aunque los comederos eran iguales y con el mismo contenido, a la gallina se le dejaron unos pequeños granitos de trigo en la dirección que llevaba al comedero del SI. Fue tan descarado el humorístico montaje que se veía y oía por TV como la gallina picaba en el suelo y se dirigía en línea recta hacia el comedero que interesaba. ¡Al menos al pulpo Paul le ponían dos mejillones del mismo tamaño, sin darle ninguna pista, y tenía que elegir entre dos equipos! Y a pesar de eso, hay quien dice que había trampa. Sería un detalle que si Pablo Iglesias llegara a ser presidente del gobierno, le concediera a la gallina la laureada de San Fernando, por los servicios prestados a la nación en tan difícil y arriesgada misión vaticinadora.