José Carlos, 18 minutos en blanco y verde
El extremo de Minas de Riotinto se desvincula del club tras recaer de su lesión de rodilla
José Carlos estaba llamado a marcar las diferencias del Córdoba en Primera, pero ya no podrá hacerlo. Se lo ha impedido su maltrecha rodilla izquierda, la misma que le cerró en verano las puertas del Deportivo. La misma que le hizo perderse 35 partidos la pasada temporada y que le mantuvo inédito como blanquiverde hasta la novena en ésta. Su última recaída ha precipitado su desvinculación.
La directiva quiso creer. Puso fe en un fichaje que aumentaba varios enteros la calidad de la plantilla. Desoyó a la medicina y se la jugó por el zurdo de Riotinto, que se comprometió con el club el 12 de julio. Lo cierto es que, de no existir un riesgo tan alto, difícilmente hubiese logrado hacerse un conjunto recién ascendido con los servicios de un futbolista de ese nivel. Las palabras técnica, desborde o magia pesaron más que un historial de lesiones espeluznante. Por desgracia, se impuso lo segundo. El entorno blanquiverde aprendió un nuevo término: sinovitis. Apuesta fallida.
El paso de las semanas convirtió el estado físico del «11» blanquiverde en el secreto mejor guardado. Los plazos de recuperación se eternizaban. Ni siquiera se especulaba con su posible debut. Los entrenamientos a puerta cerrada despejaban pocas incógnitas. Nunca entró en los planes de Albert Ferrer. Pero Miroslav Djukic aliñó su primera convocatoria con el talento del mediapunta onubense, que asistió desde el banquillo al 0-1 de la Real Sociedad.
A José Carlos le llegó su oportunidad a falta de 18 minutos. En el 72’, sustituyó a Fidel y cerró un infausto capítulo que se había prolongado durante siete meses. Liberado, se dedicó a fabricar una tarjeta de presentación que cargase de razones a quienes avalaron su fichaje. La historia tuvo por unos instantes un final feliz. El Córdoba logró el empate y el hábil zurdo regaló a El Arcángel un control exquisito. Un gesto que no olvidarán los paladares más refinados y del que quizá se hable algún día en tono mitológico. Pudo ser el primero de muchos... Pero el infortunio quiso que aquel elegante control fuese el último recuerdo que dejase José Carlos.