PERDONEN LAS MOLESTIAS
HORIZONTES VERDES
Los agentes de la UCO salieron de la Diputación con un paquete de carpetas, en una imagen que ya es una postal de la España de hoy
LA página web de la empresa Fitonovo se encontraba en la tarde del martes no operativa. En construcción, según la jerga digital. Presentaba un logo corporativo limpio y fresco, rematado por dos hojas esquemáticas, una azul y otra amarilla de mayor tamaño. Debajo del nombre se podía leer lo siguiente: «Infraestructuras y medio ambiente». Y más a su derecha un lema que decía: «Nuestros horizontes son verdes».
Hay ocasiones en que los creativos gráficos dan en la diana aún sin pretenderlo. Podría ser el caso. Es muy probable que los horizontes de la citada compañía fueran verdes cuando fue concebida por su consejero delegado pero hoy por hoy pintan de color oscuro. La empresa Fitonovo se encuentra esta semana en el ojo del huracán. Todo indica que es el epicentro de una red de sobornos a funcionarios, a quienes pagaban dinero a cambio de amañar contratas públicas.
Así se desprende de una nueva investigación de la jueza Alaya conocida como operación Enredadera, apéndice de la operación Madeja, derivada del caso Mercasevilla que, a su vez, desencadenó el escándalo de los ERE. Según vamos viendo, lo uno lleva a lo otro y tiro porque me toca. En resumidas cuentas, el señor administrador de Fitonovo confesó a la instructora que entre 2003 y 2012 repartió cientos de miles de euros en gratificaciones a funcionarios de administraciones de distinto signo, lo que viene a demostrar que la tentación es una energía transversal.
En el sumario figuran algunos detalles reveladores. Todos ellos muy tiernos, en la línea clásica de una trama de esta naturaleza. Sobres al portador, pagas mensuales a funcionarios, obras en el domicilio particular, móviles de regalo, hasta algún coche e incluso un caballo para la hija de uno de los conseguidores. La corrupción institucionalizada sigue un patrón muy previsible que nos recuerda la ordinariez de nuestro latrocinio de cada día.
El martes por la mañana tres agentes de la Unión Central Operativa de la Guardia Civil visitaron la Diputación de Córdoba con una orden judicial en la mano. Al parecer, buscaban expedientes de contratos con la empresa Fitonovo y su horizonte de color verde. Una diputación provincial no es una diputación como Dios manda si no recibe la visita ordinaria de agentes de la UCO. Así es como la jueza Alaya va colocando a las diputaciones (y a los ayuntamientos y a las consejerías) en el mapa de nuestra particular geografía de la corrupción. Hoy aquí y mañana quien sabe.
Del Palacio de la Merced, los agentes de la UCO salieron con un paquete de carpetas debajo del brazo, en una imagen que ya es una postal de la España de hoy. Se practicaron cinco detenciones, tres empresarios y dos técnicos de ADIF, implicados, al parecer, en una red organizada de mordidas a empleados públicos. Por ese lado, ya somos un país homologado internacionalmente. Un país que comienza a manejar con soltura el vocablo mordida y sus derivados al modo en que lo hacen las grandes potencias mundiales en la materia.
Fitonovo empezó su actividad como una empresa especializada en limpiar jardines y, por lo que sabemos hasta ahora, ha ampliado su objeto social a la limpieza en general. Particularmente de las arcas públicas. Para lo cual ha necesitado de la cooperación necesaria de funcionarios y empleados de la administración, señores, en definitiva, que podrían ser su cuñado o el suegro de su vecino. El dato representa un salto cualitativo notable que nos abre un horizonte de color castaño oscuro.