«Pretendemos que hable la mayoría silenciosa andaluza»
El Centro de Debate y Desarrollo se presentó con un acto en la Fundación Cajasol
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«El Centro de Debate y Desarrollo (CDD) debe ser un faro que oriente a la sociedad andaluza sobre dónde está su futuro». La declaración es de José Moya, presidente de Persán y de esta asociación que pretende vertebrar una sociedad civil andaluza que dé voz a esa «mayoría silenciosa» de ciudadanos y que ayer se presentó oficialmente en Sevilla con un debate sobre el futuro diseño territorial del país, titulada «La España posible». «No son tiempos de silencios, sino de responsabilidad», añadió.
Entre los objetivos que se ha marcado CDD, que sigue el modelo del Círculo de Economía de Barcelona, está «reformar un sistema político» que ahora mismo «decepciona», con la «aportación de ideas regeneradoras» que eviten «soluciones populistas que muchos no deseamos». Esto pasa, añadió su presidente, por «reforzar el régimen democrático, deteriorado por una crisis institucional y económica sin precedentes».
Estas reflexiones las realizó ayer el presidente de CDD ante un abarrotado salón de actos de la Fundación Cajasol, en el que se dieron cita profesionales, empresarios, directivos, intelectuales, profesores de Universidad... Fue la puesta de largo de este proyecto, cuya gestación arrancó hace año y medio, que cuenta con casi doscientos socios y tiene presencia en cinco provincias andaluzas.
Pero sus objetivos son más ambicioso, según Moya: «Soñamos ser en unos años 2.000, con capacidad de influir sobre decenas de miles de personas». Es cierto que Andalucía cuenta con otras iniciativas similares, añadió, aunque a esta la distingue que plantee un «proyecto regional ambicioso», su interés por «todos los problemas de la sociedad» y un «fuerte apoyo empresarial» —cuentan con la colaboración de más de una veintena de empresas— logrado «en poco tiempo y que no para de crecer».
El proyecto aspira, como ejemplo de sociedad civil, a constituirse como un «conjunto de ciudadanos organizados para buscar el bien común, sin ánimo de lucro personal, ni buscar el poder político o la adhesión a un partido determinado», aseguró su presidente. El objetivo es vertebrar la sociedad civil andaluza, «para que tenga un protagonismo mucho mayor» que en las últimas décadas.
Con la idea de reformar el sistema político con ideas regeneradoras, la asociación se centrará en que la «sociedad civil» se organice, elabore propuestas para el progreso y desarrollo de la comunidad autónoma.
Estas ideas las difundirá CDD a través de la organización de debates públicos —con presencia en internet—, barómetros periódicos como el presentado la semana pasada sobre la situación de Andalucía, estudios monográficos, manifiestos e, incluso, iniciativas legislativas como el denominado escaño 110 del Parlamento.
Esa movilización de ideas se plantea lejos de «la crítica destructiva al sistema» y diagnósticos como que «la nuestra es una democracia fracasada». Se busca, en cambio, aportar «ideas regeneradoras para evitar la aparición de soluciones populistas que muchos no deseamos». En ese sentido, Moya advirtió de la «falta de moderación» de estos tiempos, y recordó que la «el espíritu crítico» no está reñido con «la sensatez y la moderación».
Todo ello puede contribuir a cambiar, medio y largo plazo, algunas rémoras que aquejan a la comunidad, mediante el desarrollo de un «nuevo modelo productivo» con un «papel destacado» de la industria y la innovación, un nuevo «modelo educativo sólido y estable» y un «nuevo modelo político». Sobre este último, Moya insistió en que la corrupción es «un problema del conjunto de la sociedad» al que se debe hacer frente, dijo tras citar un artículo del columnista de ABC Ignacio Camacho, mediante una «regeneración de la vida pública», que pasa por «la honradez tanto en la esfera pública como en la privada», así como en la «calidad del trabajo».