David Noguera HancockMédicos Sin Fronteras

«El ébola no es una guerra; aquí no hay culpables e inocentes»

«El ébola no es una guerra; aquí no hay culpables e inocentes» VALERIO MERINO

R. C. M.

David Noguera lleva más de quince años trabajando como médico sobre el terreno. Especialista en ébola e integrante de Médicos sin Fronteras, impartió ayer una conferencia en la Facultad de Medicina y Enfermería de la UCO en la que abordó la situación actual de la epidemia y el trabajo diario de la ONG a la que pertenece.

—¿Cómo considera que se ha manejado en España la crisis del ébola?

—La gestión de esta situación ha sido mejorable y se ha demostrado que las crisis las resuelven mejor los técnicos que los políticos.

—¿Cuál es la principal reivindicación de la organización a la que representa respecto a esta enfermedad?

—Pedimos una mayor involucración en África. Las epidemias hay que tratarlas en su foco, hay que destinar más recursos y médicos sobre el terreno. Además, reivindicamos que se facilite el puente aéreo a Canarias, donde hay una base de emergencias humanitarias para África.

—¿El caso de Teresa Romero ha demostrado que no estábamos preparados para recibir a pacientes infectados?

—No lo sé. Lo que importa es que ahora sí estamos preparados. Gracias al caso de Teresa ahora tenemos en el Carlos III a un equipo preparado para este tipo de casos. Ésta es la única forma de hacerlo, o enviándolos al terreno. El ébola no es una guerra en la que hay culpables e inocentes, sino que es una epidemia en la que todos son víctimas y en la que todos deberían involucrarse de un modo u otro.

—¿Qué tiene el ébola para ser una enfermedad tan letal?

—Que no hay tratamiento. Es un virus que hace que el sistema humanitario a veces no consiga responder. Además, hasta hoy se ha dado principalmente en países con un sistema sanitario muy débil. Aparte de la mortalidad directa, lo peor del ébola es el pánico que provoca, que hace que los sistemas de salud se colapsen. Cuando el ébola termine habrá muerto más gente esperando atención médica por otras razones que directamente por el virus.

—¿En qué momento se encuentra la epidemia? ¿Aún no ha tocado techo?

—Somos optimistas. Si se hace bien se parará. En Nigeria o Senegal se ha frenado y en Mali hubo un caso y se frenó. El ébola se podrá controlar siempre que se ponga la respuesta adecuada y prueba de ello es Liberia, donde ha descendido el índice de afectados. Por el contrario, en lugares como Guinea o en Sierra Leona sigue en aumento. No vemos un escenario de pandemia mundial.

—¿El mejor conocimiento de la enfermedad repercute en una mayor ayuda sobre el terreno?

—Deseamos que estos casos hayan servido para despertar las conciencias. La salud es un tema global y no tiene sentido que lo queramos solucionar cerrando las fronteras. Con esto, sólo están consiguiendo destrozar las ya maltrechas economías de estos países. Como sociedad avanzada, tenemos la obligación de comprometernos y dar una respuesta definitiva a estos problemas, que son mundiales, no sólo de África. Lo que no pueden pretender es que una ONG con sus escasos recursos se enfrente sola a un reto de esta magnitud, los gobiernos deben actuar.

—¿Habrá pronto una vacuna para combatir el ébola?

—Me consta que hay avances, pero debe ser una vacuna para el ébola y para África. Si la lanzan y cuesta cien mil euros no habremos hecho nada.

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