Berlín estudia privatizaciones para recaudar hasta 17.000 millones
Con la venta de activos públicos se podría financiar el nuevo plan de inversiones
A menos de una semana del anuncio del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, de un plan de inversiones de 10.000 millones de euros hasta 2018, llega la noticia acerca desde donde podrían provenir los fondos ya que la meta de déficit cero para 2015 es «intocable»: el Gobierno de coalición entre conservadores y socialdemócratas estudia la venta de activos con los que el Ejecutivo de Angela Merkel podría recaudar hasta 17.000 millones de euros.
En la reunión de gabinete de hoy, Merkel discutirá con sus ministros la posibilidad de reducir su participación en Deutsche Telekom y Deutsche Post, e incluso la idea de vender acciones en el operador ferroviario Deutsche Bahn. Esto último dependerá de las condiciones del mercado, indica un informe del ministerio de Finanzas al que ha tenido acceso Reuters. Una venta adicional de las acciones de Berlín en Telekom debería ser «examinada cuidadosamente», reza el documento que no establece ningún plazo para la venta de activos.
El Gobierno cuenta actualmente con una participación directa del 14,3% en el operador de telecomunicaciones, mientras que el banco estatal KfW cuenta con 17%. También los aeropuertos de Berlín, de Colonia/Bonn y de Múnich son considerados candidatos para la venta de acciones del Gobierno. Acerca de una privatización de Bahn, el informe aclara que estaría excluida la infraestructura ferroviaria de la compañía de trenes que la semana pasada tuvo la huelga de maquinistas más larga de su historia. Tras el estallido de la crisis financiera en 2008, Berlín canceló los planes de vender una participación en los ferrocarriles alemanes.
Telekom y Post
Vender un tercio de las acciones de Berlín en Telekom y la mitad de las de Post, le proporcionaría a Merkel unos 8.600 millones. Vender su participación en los aeropuertos de Múnich o de Colonia puede reportarle otros 700 millones. La venta más polémica sería sin lugar a dudas de Deutsche Bahn: un fetiche entre los alemanes que asegura el movimiento al interior del país. Merkel tendrá que convencer a los votantes acerca de la poca justificación política o económica de mantener una participación mayoritaria del ferrocarril, enfrentándose además a una dura lucha con los casi 230.000 empleados de esta empresa fundada con la reunificación.
Llegar a las elecciones federales de 2017 con déficit cero no es ninguna coincidencia, es un asunto de identidad cultural que si no es incluido en el programa de Gobierno, este arriesga el voto tanto de conservadores como de socialdemócratas; lo comentó el domingo a ABC, el ex primer ministro de la RDA y corresponsable de la reunificación Lothar de Maizière: «Considero el ahorro como una virtud prusiana y el hecho de que Alemania, veinticinco años después de la reunificación y de las grandes responsabilidades que ésta supuso, logre mantener un presupuesto sin nuevas deudas, demuestra, por lo menos, inteligencia político-financiera»