Expresémonos, pues aún podemos
Pero nunca desde «Podemos» y su mesianismo civil demagógico, que paso a exponer brevemente. Que surta algún efecto tras su reflexión sería lo deseable. Porque hablamos de un partido alumbrado hábilmente a la sombra, desde la izquierda, que intentan vendernos nacido de la espontaneidad social indignada. Surgida precisamente cuando se hace cargo del Gobierno de España el Partido Popular tras mayoría absoluta. Quien muy responsablemente se vio obligado a tomar dolorosas medidas correctoras en los presupuestos, a fin de salvar al Estado de la quiebra, dejada por la irresponsabilidad del Gobierno socialista. ¡Y claro está, surgen los indignados, tan felices años atrás pensando que el bienestar social procedía del «trabajo» y «dinero propio»!
Partido éste, el de «Podemos», de corte muy radical de izquierda (de donde fluye), claramente comunistoide y populista que, al mando de un dictador joven, con viejas ideologías filomarxistas, revestido de demócrata, pretende llevar los destinos de España, «nuestro país» directamente (dice hoy, mañana será sumando partidos) hacia una mejora social. Comenzando por eliminar del flujo político la denominada según él «casta política», como si este personaje de poca experiencia procediera de otra sociedad de mejor casta, por evangélica y antipolítica.
Con y desde unos planteamientos y programas que gusta oír (dada la crítica encrucijada que atravesamos), pero irrealizables, no ya porque procedan de principios fundamentados en la sola palabra humana —que siempre es infiel— sino que además no llevan revestimiento moral alguno ni normas éticas fundamentadas en valores superiores…, irrealizables también en lo económico. A menos que el dinero que precisa para realizarlos proceda de expropiaciones e impago de la deuda.
Y si gobernar España ha sido tarea fácil hasta ahora, pues se ha gestionado hipotecándola descomunalmente y sin vigilancias ni auditorías, este hábil comunicador, profesor demagogo, mesías civil trenzado, sin escrúpulos (pues asume procedimientos violentos), pretende gobernarla aún más fácil y rápidamente, insisto ¡desde la expropiación! importada de la política populista chavista venezolana, y encima nosotros aún sin el apoyo del petróleo.
El panorama nacional presentado, tras «Podemos» o con «Podemos», ni es esperanzador ni conlleva salvación ni es corrector de corruptelas. Y huelga decir que termina con el sueño de una convivencia democrática española, tanto tiempo añorada.