Menos palabras y más hechos
El último caso de corrupción que se ha destapado en España, la denominada operación «Púnica», ha hecho que el vaso se desbordara por completo. Que recuerde, nunca antes tantos políticos han salido a la palestra para pedir perdón. Y eso de pedir perdón está muy bien, pero no es ni mucho menos suficiente. Soy una persona que nunca me arrepiento de lo que hago, eso no quiere decir que unos hechos no me pesen más que otros, y por supuesto procuro por todos los medios a mi alcance no volver a cometerlos.
Con esto quiero decir que cuando se solicita perdón es porque uno tiene verdaderas intenciones de poner las medidas necesarias para no volver a caer en la tentación de repetirlas. Cuántas veces hemos oído a nuestros políticos que hay que acabar con la corrupción, que esto no se puede consentir, que se avergüenzan de la misma. El que suscribe ha perdido la cuenta. No, no nos vale ahora que salgan y que nos digan que están escandalizados. Lo que el pueblo soberano quiere y clama es que tanto los corruptos como los corruptores sean condenados, cumplan una larga estancia en la cárcel, y por supuesto que devuelvan hasta el último céntimo de euro, que hayan robado.
El pueblo ya no cree a los políticos, y nos los cree porque nos han mentido demasiadas veces. Hay un hartazgo, una indignación, y un cabreo monumental en la calle. Y esto está haciendo que Podemos cada vez tenga más seguidores en intención de voto. Según el último informe de Cáritas, 20 españoles acumulan tanta riqueza como el de 14 millones de ciudadanos, y esto es una autentica vergüenza. El pueblo soberano cada vez más, esta reclamando menos palabras y más hechos. Queremos comprobar que efectivamente se están tomando las medidas necesarias, para que tanto chorizo de cuello blanco, sean castigados, por sus acciones.
Y mientras esto no ocurra, mucho me temo, que advenedizos como Pablo Iglesias cada vez tendrán más fuerza. El bipartidismo se tiene que poner las pilas, y se las tiene que poner ¡ya!