Aquel 9 de noviembre
Ayer se cumplieron veinticinco años de la caída del Muro de Berlín. Aquel 9 de noviembre de 1989 se abrían las puertas de la gran prisión comunista que asoló parte de Europa durante medio siglo.
El Muro, que se erigió cuatro décadas antes, simbolizaba la situación política de Europa. Mientras en Occidente surgían democracias basadas en el Estado de Derecho, en el bloque del Este, y bajo el control de la Unión Soviética, los países se regían por la dictadura del proletariado, una dictadura caracterizada por la inseguridad política y jurídica y la falta de derechos fundamentales y humanos. Ese día significó el fin de la pesadilla comunista en Europa, era el triunfo de la libertad y la democracia.
Me crea incertidumbre que miles de españoles se vean arrastrados por el populismo de nuevos partidos cuya solución política a los problemas de España sean las medidas sociales y gubernamentales que llevaron a Alemania Oriental y a parte de Europa a la ruina política, social y económica durante más de cuarenta años. Países donde la palabra democracia era solo un sueño que se desvanecía por miedo a la represión. Una palabra que al otro lado del Muro era una realidad.