Ni de penalti ni contra diez

Ni de penalti ni contra diez VALERIO MERINO/COLPISA

Ni de penalti ni contra diez. Las finales no se juegan se ganan y el Córdoba la empató (0-0) ayer ante el Deportivo en la lucha por la permanencia. Ni con superioridad numérica durante una hora por la absurda expulsión de Postiga (m. 28) ni con una pena máxima a favor, que erró Fede Cartabia (m. 16), consiguió la primera victoria. Ya acumula 11 jornadas sin estrenarse. Muy preocupante.

Tanto, que la afición estalló a la conclusión. Apoyó al equipo sin dejarse una pizca de aliento para animarlo. Pero cuando acabó el duelo, abroncó de forma tremenda a sus jugadores. Con la bala gastada del cambio de técnico, ahora le toca sufrir a la plantilla. Si la hemorragia no se corta, el palco ya debe estar temblando de aquí a enero que pueda reconstruir el plantel.

De momento, con lo que hay le va a tocar sufrir para mantenerse siquiera vivo hasta invierno. Anoche, apenas demostró durante el primer cuarto de hora de la segunda mitad que está para ganar a alguien. Y eso que enfrente tenía a un Dépor mermado, de calidad similar, en inferioridad y sin ideas de ningún tipo.

Miroslav Djukic dio un cambio radical a la alineación. Cinco caras nuevas respecto al equipo que perdió ante el Atlético de Madrid. Gunino y Crespo en los laterales; Abel Gómez en el doble pivote; y Rossi y López Silva en la línea de mediapuntas. Vuelta al 4-2-3-1 con clara vocación ofensiva. Todo lo contrario que Víctor Fernández. El Deportivo, mermado por las bajas en las bandas y en el medio, apostó por dos laterales en cada costado.

De poco a menos

Pocas veces tendrá el Córdoba un partido más de cara que anoche. Todo lo bueno que podía pasar le cayó de su lado. Al cuarto de hora gozó de un penalti a favor para ponerse por delante. A la media hora ya jugaba en superioridad numérica por la absurda expulsión por doble amarilla de Postiga. Sin embargo, no le bastó con esos argumentos para irse al descanso con ventaja. Ni para ganar al final.

El conjunto blanquiverde comenzó el duelo con sufrimiento. El bloque gallego se acercó en un par de ocasiones por medio de Cavaleiro y un remate de cabeza de Sidnei. En cinco minutos se diluyó el intento visitante. Crespo, que reaparecía después de un mes, se unió al inicio negativo. El lateral se lesionó en la parte posterior del muslo izquierdo. Entró Pinillos en su lugar.

Curiosamente, la primera oportunidad cordobesista partió del zaguero y a balón parado. Fede Cartabia sacó una falta lateral, pero Postiga agarró en el área a Pinillos. Claro penalti y primera amonestación para el delantero portugués. El argentino tomó la responsabilidad del lanzamiento de la pena máxima, pero Fabricio detuvo el disparo (minuto 16).

El Córdoba no acusó el golpe. Dominaba claramente la posesión y se jugaba en campo contrario. Eso sí, tenía falta de claridad de ideas para generar peligro. Al control contribuyó la trastada de infantil de Postiga. El delantero vio la segunda amarilla y fue expulsado con una hora por delante tras revolverse en una dura entrada de Iñigo López. Los de Djukic tenían tiempo más que suficiente en superioridad de efectivos para buscar la primera victoria.

Trató de encontrar la portería rival con paciencia y circulación, pero sin verticalidad y sin peligro hasta el intermedio. De hecho, desde el penalti y pese a la superioridad, no volvió a tirar entre los tres postes, aunque su dominio era tan lógico como evidente. Fernández apenas reconstruyó su planteamiento por la roja. Pasó del 4-4-2 al 4-4-1. Dejó solo a Cavaleiro arriba y mantuvo las dos líneas de cuatro atrás.

Pitada final

Si algo ha demostrado el técnico serbio es que ve bien el desarrollo del juego y actúa a tiempo. En la reanudación sacó a Luso (amonestado) para dar entrada a Borja García. Rossi acompañó a Abel en la construcción, como era necesario. El madrileño aportó más movilidad y juego de espaldas que el italiano. El Córdoba notó de entrada las variantes tácticas. Acosó la portería de Fabricio en el primer cuarto de hora de la segunda mitad, cuando Pinillos se decidió a colaborar en ataque.

Llegaron las ocasiones que faltaban. A López Silva le anularon un gol por fuera de juego (m. 54). Luego, Borja peinó un centro de Pinillos (m. 56) muy ajustado al larguero. Incluso, López Silva probó fortuna (m. 58) con una de sus parábolas. Repitió Borja (m. 60) con una chilena. No era demasiado, pero sin duda pasaban los mejores minutos de los locales.

Fernández movió el banquillo y dio con la tecla. El sopor volvió a El Arcángel. El Córdoba fue desesperante en la media hora finanl. Los jugadores perdieron la fe. La grada con ellos. El equipo recibió una sonora pitada al final. Sigue sin ganar. Y van once. Ya no hay excusas. Quedan 16 días de parón.

Ni de penalti ni contra diez

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