PRIMERA DIVISIÓN

El Córdoba demuestra ante el Deportivo que no sabe ganar (0-0)

El conjunto blanquiverde desperdicia un penalti y más de una hora en superioridad numérica frente al Deportivo de la Coruña

El Córdoba demuestra ante el Deportivo que no sabe ganar (0-0) VALERIO MERINO

JOSÉ M. DOMÍNGUEZ

Tienen que alinearse los astros para que el Córdoba gane un partido. Importa poco que lo dirija Djukic o Ferrer; que jueguen los del Calderón o que haya cinco caras nuevas, como hubo frente al Deportivo; que al cuarto de hora disponga de un penalti o que desde el minuto 26 sólo haya enfrente diez futbolistas . Simplemente, los que visten de blanco y verde no saben ganar. Por eso cerrarán la clasificación otra semana. Porque las porterías no sirven de nada.

No se aprovechó el Córdoba de un primer tiempo loco, dinamitado por el criterio personalísimo de Mateu Lahoz , que agarró más veces sus tarjetas que el silbato. Pasó de todo, y casi siempre con el árbitro como protagonista. En la lesión de Crespo (minuto 10), al menos, no tuvo nada que ver el trencilla. Djukic tuvo que gastar su primer cambio. Poco después, comenzó el recital de Mateu.

Al cuarto de hora de juego, penalti de Postiga sobre el recién ingresado Pinillos. Acierto, con tarjeta incluida. Cartabia demostró quién lleva los galones en este Córdoba. Se adueñó de la bola, la colocó a once metros de la portería gallega y chutó. Pero parece ser que el equipo blanquiverde necesita bastante más para marcar en Primera. Fabricio adivinó la dirección del disparo y mantuvo la incertidumbre del 0-0.

El conjunto de Djukic seguía mejorando. Para su tercer partido, el técnico eligió un centro del campo más creativo y le sirvió para dominar al Deportivo, aunque no para generar demasiadas ocasiones. No importaba; la balanza volvería a caer a plomo del lado blanquiverde en el minuto 26, cuando el árbitro penalizó con la segunda amonestación a Postiga por un rifirrafe con Íñigo López. Al Córdoba le quedaba más de una hora para poner cerco sobre la meta de Fabricio.

En el descanso, paso al frente: Borja por Luso y efectos que no se hicieron esperar. Ya sólo se jugaría en la mitad deportivista del terreno de juego. A López Silva le anularon un gol por fuera de juego en los primeros compases del segundo tiempo. Después rozó Borja el gol de cabeza. Achicaba agua el rival, que sólo inquietó a la grada de El Arcángel con la colaboración de un inseguro Juan Carlos.

El reloj no entendía de méritos y los minutos pasaban. Cada avance del crono llenaba de confianza a un atrincherado Deportivo. Los nervios se palpaban en cada pase de los locales. También en la grada, que pasó de llevar en volandas a los suyos a impacientarse y traducir en silbidos una frustración que duraba ya once jornadas. Y es que el Córdoba no generó peligro durante los 25 últimos minutos . Tampoco ganó el Córdoba a diez jugadores de su liga. Se agotan las excusas

El Córdoba demuestra ante el Deportivo que no sabe ganar (0-0)

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