Advierten que la Unesco no entrará en la polémica sobre la Mezquita
Un responsable del Icomos pide la gestión pública en un foro de la plataforma laica
El encuentro organizado por la Plataforma Mezquita-Catedral de Todos (favorable a la propiedad pública del templo) en la Fundación Antonio Gala dejó ayer sobre la mesa una cuestión: la polémica surgida en torno a la denominación del monumento «es algo que se tiene que resolver aquí en Córdoba y no en París», sede de la Unesco. Así lo especificó Víctor Fernández Salinas, profesor de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla y secretario general del Icomos en España, entidad consultora de la agencia de la ONU. Junto a él intervinieron en la mesa redonda «Córdoba, 30 años después» el exalcalde de Córdoba Herminio Trigo y la directora del Patronato de la Alhambra, María del Mar Villafranca.
De hecho, el responsable del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) sugirió que la ciudadanía cordobesa podría movilizarse «de manera insistente» ante la Unesco para defender con varias fórmulas que la palabra Mezquita volviera a parecer en la denominación del monumento, «pero en la actualidad este organismo está más preocupado por otros problemas y elementos que dañan seriamente el patrimonio mundial como para centrarse en este punto».
Una de esas fórmulas sería, según Fernández, el acopio de folletos sobre la Mezquita-Catedral a lo largo de los años, especialmente del último, en el que, según aseguró, únicamente se habla en el título de la Catedral, mientras que en el texto explicativo se obvia directamente a la Mezquita, aludiendo a ella como mera «intervención islámica». «Si ya han enviado ese dossier, tienen que volver a insistir para conseguir la reacción de la Unesco, que habitualmente trata de reunirse con las partes en conflicto», afirmó el directivo del órgano asesor de la Unesco.
El espíritu del lugar
Otra fórmula sería la redacción de un informe que se refiriera «al valor del espíritu del lugar en base a lo que supone la Mezquita para la ciudad y enviarlo a la Unesco, porque este organismo está empezando a tener en cuenta ahora el sentido de paisaje cultural para determinar el valor intangible del patrimonio, en el que la propiedad identitaria del sitio es más importante que el de la propiedad».
Sin embargo, Fernández no quiso ser excesivamente optimista al respecto y apuntó que se trataría de algo «a largo plazo». Entre otras cuestiones, porque la Unesco es un organismo que «no es independiente a las presiones de los estados y es en exceso diplomática».
Víctor Fernández abogó también por un cambio en la gestión del monumento en el que se vieran implicados otros elementos, además de su actual propietaria, el Cabildo Catedralicio. «Abrir y compartir espacios siempre suma y no resta», dijo el profesor de la Universidad de Sevilla.
Herminio Trigo recordó que la Iglesia «siempre ha mantenido un denso silencio ante la declaración de la Unesco» y el día en que se instaló la iluminación del monumento «no quiso abrir el Patio de los Naranjos a los cordobeses, aunque se lo pedimos para que fuera un acontecimiento popular». El exregidor recordó que en la declaración de 1984 se hablaba «únicamente de Mezquita, mientras que fue el propio Ayuntamiento en 1994 quien lo amplió a Mezquita-Catedral, en reconocimiento a la labor que se estaba haciendo.
Por su parte, María del Mar Villafranca puso como ejemplo de «buen hacer» el Patronato de la Alhambra, en el que están implicados el Estado, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y el Albaicín, si bien, como avanzó ABC, el número turistas crece más en porcentaje en la Mezquita desde 1998.
