Redescubrir la pizarra
Las jugadas de estrategia vuelven a dar fruto después de que Albert Ferrer optara por darles esquinazo
Dos partidos y numerosos cambios, cada vez más profundos y significativos. No han tenido desperdicio los primeros 180 minutos del Córdoba de Miroslav Djukic para extraer conclusiones y apreciar las principales diferencias con respecto al bloque que el serbio heredó de Albert Ferrer. El 1-1 de Ghilas frente al Atlético de Madrid ejemplificó la evolución: Se trata de la primera diana de la temporada que tuvo su origen en una acción a balón parado.
El conjunto de Ferrer nunca sacó rédito de las acciones de estrategia. Ni en Primera ni en Segunda División. Hay que remontarse al partido frente al Barcelona B del pasado curso y realizar un ejercicio de generosidad importante para asociar a la pizarra el golazo de Uli Dávila, ya que el mexicano recibió la pelota de un saque de banda, pero tuvo que revolverse en el vértice del área y librarse de varios defensas antes de marcar con un disparo raso.
Tampoco estaba ensayado el tanto que anotó Pedro frente al Mirandés tras recoger un saque de esquina muy pasado y colocar una vaselina en la escuadra rival. Antes, anotó de penalti dos goles el Córdoba contra el Alcorcón. Y, aunque influyeron varios rechaces y segundas jugadas, hay que viajar en el tiempo hasta el Sabadell-Córdoba para encontrar un gol (obra de Xisco) válido para alimentar las paupérrimas estadísticas de los hombres de Ferrer a balón parado.
Un arma válida
Djukic desempolvó la pizarra en el duelo frente al Atlético. No debería renunciar el Córdoba a una de las armas que año tras año aportan más puntos a los equipos que luchan por la salvación.
En el debe, y pese a que le tocaba medirse al mejor equipo del mundo en el fútbol estratégico ofensivo, tiene el equipo califal tres de los goles que encajó en el Calderón: uno a la salida de un córner y dos que nacieron en faltas laterales. Además, el otro gol en contra de la era Djukic, el provisional 0-1 frente a la Real Sociedad, también llegó como consecuencia de una serie de fallos en los marcajes y en el despeje de un servicio a balón parado desde la banda.
El juego de las diferencias podría hacerse eterno a la hora de comparar los equipos de Djukic y Ferrer. Los números que arroja el último partido son reveladores: primera vez que el Córdoba marca dos goles en un mismo encuentro y primera vez que encaja cuatro. Una de cal y otra de arena.
De momento, los únicos registros que no han variado son los clasificatorios. El cambio que no llega sigue siendo el más deseado: el que provoque el primer triunfo.