Teatro

Comedia de amor y política

MIGUEL ÁNGEL DE ABAJO

El sábado se representó en el Gran Teatro la obra de Pierre Marivaux «El lenguaje de tus ojos, o, el príncipe travestido», un texto del siglo XVIII francés, a medio camino entre el rococó y las incipientes ideas ilustradas que empezaban a plantear nuevos puntos de vista en las relaciones sociales, humanas y políticas.

La obra parte de una intriga amorosa, en la que varios amantes compiten y confunden sus sentimientos, dando lugar a equívocos propios de la comedia de enredo molieresca y de la Comedia del Arte. Pero hay una trama paralela a la amorosa, que utiliza a ésta para plantear cuestiones políticas, en concreto, la corrupción, los sobornos, las traiciones y tejemanejes para medrar y pisotear a la honradez y a la ética. En este aspecto, la obra se muestra muy cercana a muchos de los asuntos que ahora están en el pudridero del candelero.

A pesar de las agudas críticas que lanza el texto, la obra tiene un tono de comedia amable, suave en las maneras y en la sentimentalidad pastel del rococó, pero, sin embargo, ácida y lúcida en el fondo. La dirección escénica de Amalia Ochandiano ha aproximado la estética de la escena y vestuario a la actualidad, aunque con toques ambiguos y levemente atemporales. La ambivalencia de tonos emocionales e intencionales del texto —por un lado, lo amoroso, y por otro, la sátira política—, no está bien resuelta por la dirección en cuanto al ritmo se refiere. La parte sentimental se recrea en tiempos lentos, con pausas dramáticas, sobre todo hacia el final, donde el exceso de reflexión y retardo en el tiempo escénico del diálogo ensombrece el espíritu de sátira y comedia que constituye lo más interesante de la obra.

No obstante, todo el reparto da un muy buen tono y nivel a la interpretación, pese a esos momentos excesivamente pausados y reflexivos, más propios del drama psicológico que de la comedia.

Muy cuidada la producción en lo plástico, con un sencillo pero versátil concepto escenográfico de Ricardo Sánchez Cuerda, y luminotécnico, a cargo de Felipe Ramos. Así mismo, aparece un cuidado vestuario de María Luisa Engel y Rosa Engel.

El teatro, a media sala, aplaudió intensamente la representación. No en vano, la belleza y agudeza del texto mantienen el interés por las verdades, algunas como puños, que entre bromas y veras se dicen en la obra.

Comedia de amor y política

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