Primera División
El Córdoba CF resiste una hora en pie ante el Atleti
Ghilas firma un doblete, pero Griezmann, con otros dos tantos, Mandzukic y Raúl García llevan la lógica al marcador
No basta con una hora casi perfecta para salir con vida del estadio del campeón de Liga. Tampoco vale con un buen plan para evitar una cantidad de goles considerable. Ésas son las conclusiones que pudo llevarse del Vicente Calderón el Córdoba, que hincó la rodilla frente al Atlético como lo hicieron antes prácticamente todos los conjuntos de Primera durante el último año. Puntuar era una misión imposible, pero ganar argumentos para soñar con la permanencia sí que estaba al alcance.
Quiso el cuadro visitante dejar claro desde el pitido inicial que el 4-4-2 que Djukic había puesto en liza era real. Sin nada que perder, el entrenador serbio iba a por el partido. La dupla Xisco-Ghilas no era un brindis al sol. Incluso le permitió intercambiar golpes durante cinco minutos con su oponente. No hubo pausa, ni un segundo de tanteo. Bouzón cabeceó fuera a la salida de un córner y respondió el Atlético con una combinación imposible para llegar a línea de fondo por la derecha.
La calidad del vigente campeón de Liga se iría imponiendo a medida que avanzaba la primera mitad. Pero no cogió por sorpresa al Córdoba esta circunstancia. Los once de Djukic corrieron más, saltaron más y sufrieron más que el equipo que mejor maneja esas artes en el mundo del fútbol. Por eso las diferencias de presupuesto no veían su reflejo en el marcador.
Fidel y Cartabia tenían claro su cometido: salir en velocidad cada vez que su zaga despejaba. Gracias a las carreras de los extremos respiraba el resto. También ayudó en este cometido Xisco, que se descolgó a la mediapunta y dio sentido a los contragolpes blanquiverdes. En uno de ellos, le faltó potencia al disparo de Ghilas para adelantar al Córdoba.
Acoso del Atleti
Las defensas antiaéreas que había dispuesto Djukic funcionaban de forma impecable. El Atlético bombardeó el área, pero sus delanteros no lograban rematar con acierto. El descanso amenazaba con premiar la disciplina y el orden de los califales. Pero en uno de los últimos balones colgados, Griezmann controló y se benefició de un rebote para marcar.
Tocado, entró el Córdoba al vestuario. Sin embargo, no habría rastro de desazón en la segunda mitad. Nada cambió. La lucha de los blanquiverdes seguía exigiendo el máximo a los rojiblancos. Ghilas, con un magnífico remate, hizo soñar a los más de tres mil aficionados que enloquecían en el fondo norte del Calderón. 1-1. Todo parecía posible. Para puntuar, había que resistir algo más de media hora.
Ghilas hizo soñar a la buena afición blanquiverde
Entonces se impuso la experiencia, la mayor concentración de los colchoneros cuando se vuelven locos los partidos o, sencillamente, la suerte del campeón. En cuatro minutos, Griezmann puso el 2-1 con un buen testarazo y, cuatro después, Mandzukic, también de cabeza, sentenciaba. Los tantos de Raúl García y el postrero de Ghilas adornaron una tarde de contrastes. De sueño y de realidad a partes iguales. Un paréntesis para el recuerdo en el camino hacia la salvación que retomará el Córdoba frente al Deportivo, en siete días.