Savall y De Alvear, premio Nacional de Música

Reconocidos en el apartado de Interpre-tación y Composición, respectivamente

S. GAVIÑA

«Estoy impresionada. A partir de ahora es una gran responsabilidad dar la talla, porque eso es lo que significan para mí los premios: responsabilidad hacia todas esas personas que me han apoyado», confesaba desde su casa en Colonia María de Alvear (Madrid, 1960), a la que ayer le fue concedido el premio Nacional de Música 2014, en la categoría de Composición, que otorga el ministerio de Cultura. Según el jurado, la han hecho acreedora a este reconocimiento «la calidad de su música, su prolífico trabajo de proyección internacional y consideración de pionera en la manera de concebir la obra como un “todo” y de interactuar con otras artes y por su forma de canalizar influencias musicales de manera transgresora, a través de su propia experiencia personal y por el compromiso con los jóvenes compositores».

«A ellos va ir el dinero de este premio –30.000 euros– pues lo voy a destinar a mi pequeña editorial». Afincada desde hace 35 años en Alemania, estudió durante seis años con Mauricio Kagel, del que luego fue asistente. Sus referencia son Beuys, Cage y Feldam. Reconoce que «todos los días» se le pasa por la cabeza volver a España, un país del que se fue «porque era mi única oportunidad. Era demasiado rarita, no me iban a entender y me iban a intentar cambiar. Y soy indomable», bromea. Difícil de etiquetar, se atreve a autodefinirse: «Soy un típico ejemplo de postmodernismo de los años 80».

Sus trabajos abarcan muchos campos. «Soy polidisciplinar, no multidisciplinar», matiza. Combina el arte visual con la música, la performance, el vídeo y la fotografía, desarrollando proyectos en colaboración con su hermana Ana de Alvear. Para la compositora madrileña «el escenario debería ser una caja de sorpresas, como el de un teatro».

Entre Oriente y Occidente

En el apartado de Interpretación, resultó galardonado el gambista y director de orquesta Jordi Savall, al que ayer no fue posible localizar pues se encontraba en Almería para celebrar un concierto.

El jurado reconoció al músico catalán por ser «uno de los grandes intérpretes de nuestro tiempo, referente de varias generaciones de músicos, por su infatigable labor en la recuperación y difusión de nuestro patrimonio musical, que ha llevado por los cinco continentes durante cuatro décadas y que ha plasmado en una vasta y rica discografía. Por su reivindicación constante en el hermanamiento entre las civilizaciones de Oriente y Occidente, como queda patente en sus recientes proyectos».

La trayectoria de Jordi Savall (Barcelona, 1941) es extraordinariamente extensa y rica, con aportaciones importantísimas a la recuperación y promoción del repertorio Histórico, a través de la fundación de formaciones como la Capella Reial de Catalunya o Hesperion XXI, y sus numerosos discos. La fama le llegó con la grabación de la banda sonora de «Todas la mañanas del mundo», de Alain Corneau, ganadora del Oscar.

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